Ilustrando Dudas Express. Respuestas rápidas para preguntas frecuentes sobre ilustración. Hoy no hay cortinilla de entrada porque estoy de viaje y me la he dejado en casa. 🙂 . ¡A por la respuesta!

¡Hola!. Bienvenidos al nuevo video de IDE.

Como veis estoy en medio de la montaña, no va a ser siempre todo mar, y la pregunta que vamos a resolver hoy es:

¿Cómo puedo convertirme en un ilustrador más productivo?

Esta parte es muy importante a pesar de que nunca solemos pensar en ella cuando iniciamos nuestra carrera como ilustradores, porque pensamos que es algo que nos vendrá de fábrica. Como que ya tenemos que saberlo o como que es algo que no hay que controlar. Pero luego, cuando empezamos a dedicarnos a la ilustración, nos empiezan a llegar encarguitos o queremos empezar a dedicar tiempo para crear trabajos para nuestro portafolio… Vemos que el tiempo se nos va de las manos y desaparece super rápido. ¿Porqué sucede ésto?. Pues en primer lugar porque no cambiamos el chip de hobbie, es decir, de ilustrar y dibujar por gusto al chip profesional: “Yo quiero vivir de esto, quiero comer de esto, y por lo tanto me lo tengo que tomar bien en serio.” No podemos levantarnos cada mañana y sentir que todos los días son fiesta. Eso hay que intentar evitarlo. ¿Cómo lo hacemos?. Para empezar es bueno pararte a pensar y a ver cómo eres tú. Analizar cuáles son tus hábitos, tus fuertes, tus debilidades en cuanto a momentos de concentración, de capacidad de trabajo…

Por ejemplo, hay gente que cuando se levanta por las mañanas son zombis, están empanaos las dos primeras horas del día porque no son capaces de despertarse rápido. En cambio hay gente que se levante de un salto y con un montón de energía y con una capacidad de concentración brutal, luego hay gente que tiene más capacidad de concentrarse por la noche, hay gente que a la hora de la siesta no es persona, no le funciona el cerebro como a mí… Entonces cada uno tenemos que analizar cuáles son los momentos en los que nos cuesta menos concentrarnos, si una vez que te sientas a trabajar y te concentras trabajas de seguido mucho rato y no necesita hacer descansos cada hora, o si es al revés, quién necesita levantarse diez minutos cada hora… Según cómo tu eres, e intentando descubrir cuáles son esas cosas que te permiten trabajar mejor, puedes ir creándote una especie de rutina que te funcione.

Hay mucha gente que para trabajar en casa necesita salir. Por ejemplo, hay un ilustrador que necesita vestirse y ponerse los zapatos para poder sentarse en su mesa a trabajar, aunque la tenga dentro de casa, porque esta es su manera de hacer el cambio de chip: “Voy a sentarme a trabajar, voy a tomarmelo en serio”. Si tu te levantas por la mañana, no te lavas la cara, vas en pijama, y pasas olímpicamente de ponerte en serio es muy difícil que consigas enfocarte en lo que tienes que hacer. Vas a estar mirando el Facebook y haciendo lo que sea para que pase el tiempo, pero esto hay que evitarlo.

Cada uno tiene que encontrar su manera. Yo por ejemplo, que trabajo muy bien por las mañanas temprano, según me levanto, me visto, me hago un té y en cuanto pongo el té sobre la mesa toca trabajar.

Una vez que tengáis claras ese tipo de cosas sobre vosotros mismos, lo que tenéis que hacer es planificar, porque a veces vamos demasiado al día. No nos paramos a pensar en cuántas horas realmente dedicamos a trabajar. Siempre sentimos que podríamos haber hecho más, como que no hemos hecho nada particular en el día, que no hemos terminado nada. Esa sensación es super desagradable por sentir que podrías haber hecho más pero no lo has conseguido. Yo en este sentido llegué a un punto en el que me colapsé porque decía. “no puede ser, sí yo sé que trabajo pero no siento que consiga nada de avance, ¿Por qué es?”. Poco a poco, analizando sobre el tema de los hábitos, sobre mejorar la productividad, descubrí que si no planificas bien a largo, medio y corto plazo es muy difícil que vayas haciendo tareas y vayas sintiendo que avanzas.

Planificar a largo plazo: Proyectos largos, cosas que te pueden llevar un mes, dos meses, tres meses, un año. Y siempre dividiéndolo en tareas más pequeñas. “Este mes voy a dedicar tanto tiempo a esto, cada día tantas horas, o voy a cumplir x objetivos al día”.

De este modo, al final lo que nos vamos a ir haciendo son listas de tareas. Esto de las listas de tareas es super útil porque si tú al final del día has podido tachar las diez tareas que tenías, te vas a la cama pensando: “¡Toma ya, todo lo que he hecho!”. Y así pues da gustico. Da gusto sentir que has hecho todo lo que te habías propuesto, o al menos, la mayoría.

Otra cosa muy importante es que sí al día siguiente tienes cosas que hacer, en vez de irte a la cama con la cabeza llena de cosas pendientes es mucho mejor sentarse y escribirlo todo en un papel, y dejarte así hecha antes de dormir la lista de cosas que hacer para el día siguiente. Esto te permite irte a la cama con la cabeza vacía, habiendo vomitado en el papel todas las tareas de mañana y te ahorras irte a la cama sufriendo.

También es muy importante detectar las cosas que más nos distraen. Esto lo comento porque hace muy poco, investigando, leyendo y viendo videos en youtube, vi una conferencia en la que una persona que se dedica a los super hábitos, es decir, a aumentar muchísimo la productividad de las personas y profesionales, comentaba que el 20% de las tareas relacionadas con nuestro trabajo son las que nos dan el 80% de resultado. ¿Ésto que quiere decir?. Que nos liamos con un montón de cosas que no nos van a servir para acercarnos a nuestros objetivos, o para rentabilizar nuestro trabajo, o para obtener los resultados que queremos. Así que tenemos que intentar darnos cuenta de cuál es ese 80% que nos distrae y nos hace perder el tiempo o usarlo de una forma poco productiva, y cuál ese 20% que nos da tanto resultado. De esta maner podremos aumentar el porcentaje de tiempo productivo y así aumentaremos nuestros resultados. Ya sean económicos u otro tipo de objetivos.

Muy relacionado con esto, está algo que nos pasa mucho cuando empezamos, que es saber decir que no. El tema de decir que no yo sé que es muy difícil porque cuando empezamos, nuestros conocidos, familia y amigos empiezan a pedirnos que le hagamos trabajitos, algunos incluso que no van en la línea de hacia dónde queremos enfocar nosotros nuestra carrera. Entonces, muchas veces importa más lo que decidimos no hacer que lo que decidimos hacer. Porque el ir diciendo que no a x cosas significa seguir concentrados en nuestro camino. Hay que saber decir que no a todo aquello que no nos ayuda a avanzar lo máximo posible.

Hay una teoría que se llama la Teoría del Efecto Dominó que habla de que hay que intentar siempre tomar las decisiones de lo que vamos a hacer pensando en qué es lo que va a provocar mayor efecto dominó. Imaginad que un primo vuestro os pide que hagáis una pequeña ilustración para unas camisetas de su grupo de amigos, y no quiere pagaros o quiere que se lo hagáis gratis, o os va a pagar veinte euros. Sabéis que os va a marear, sabéis que os váis a pasar una semana rayaos con todo ese trabajo, y lo mismo vuestro objetivo para esa semana era hacer ilustraciones enfocadas a vuestro portafolio, o a mandar emails a editoriales, o cualquier otra cosa. Preguntaos qué es lo que os va a hacer más efecto dominó. Hacerle esa ilustración a vuestro primo o mandar emails a editoriales. ¿Con qué váis a conseguir más trabajo en el futuro probablemente?. ¿Qué os va a enseñar más?. ¿Qué os va a hacer avanzar en vuestro camino como profesionales?

Para finalizar nos quedan dos cosas. Una es que tenéis que intentar que vuestro espacio de trabajo potencie y os facilite el sentaros a trabajar, y que esté apartado. Aunque todos empezamos dentro de nuestra propia habitación ya que normalmente compartimos casa, ya sea con familia, amigos, compañeros de piso o pareja. Pero aún así, hay que intentar buscar un espacio que sea siempre el mismo o que simplemente nos ayude a concentrarnos. Ya está. Que cada uno se lo monte como quiera. Hay gente que trabaja mejor en una cafetería, gente que trabaja mejor en el salón de su casa, en la mesa de la cocina, en una habitación aparte, como queráis.

Y por último, y esto también es algo básico, es que vuestro entorno, las personas con las que convivís respeten vuestro trabajo y vuestro tiempo de concentración. Que el hecho de que estéis compartiendo espacio porque no os podéis permitir otra cosa no puede significar interrupciones constantes. Es verdad que muchas veces nuestro entorno se piensa que porque estemos en casa, estamos disponibles para ellos en cualquier momento. Eso no debe ser así, y aunque no lo entiendan tenéis que pedirles que igualmente lo respeten.

Yo por ejemplo tengo unos cascos blancos de estos grandes, en el momento que me los pongo, mi entorno sabe que no existo, no pueden interrumpirme. Porque aunque sea para algo de un minuto, el tiempo que a ti te cuesta volver a conseguir la concentración, retomar lo que estabas haciendo, si era un trabajo intelectual, si era un trabajo que quería que te inspiraras… te han cortado to el rollo. Te han cortado todo el rollo y luego retomarlo cuesta un montón. Entonces tenéis que hacer un esfuerzo por explicárselo y decirles: “Esta cuatro horas, aunque esté aquí, no existo, a menos que se esté quemando la casa, no existo”.

Y bueno, yo sé que es muy difícil, ni siquiera yo consigo ser todo lo productiva que me gustaría, pero si que intento analizar muy bien mis decisiones, mis objetivos, cómo los voy llevando a cabo, aprovechar bien el tiempo, también cortar un poco el tema redes sociales y demás, y sobre todo ir distribuyendo el trabajo en tareas pequeñas, porque así los pasos son más cortos y avanzas más sin darte cuenta, que eso es lo bueno.

Os deseo una muy buena Semana Santa a todos y que dibujéis mucho, que trabajéis mucho, que caminéis mucho, que tengáis muy buenas vacaciones si las podéis tener, y ¡Nos vemos en el próximo video!.

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