Cuéntame cómo fueron tus inicios y cuales fueron tus primeros encargos
Bueno, yo como estudiante era muy malo, solamente dibujaba en clase así que entré a estudiar en la academia de Artes y Oficios de la Escuela Llotja, en el centro de Barcelona. Yo para entonces estaba de practicante en un hospital, como ilustrador científico,y estuve cuatro años. Ahí estuve haciendo ilustraciones de láminas para que los médicos las escanearan para luego pasarlas como diapositivas y las utilizaban para los congresos o para hacer folletos explicativos de tipos de operaciones. Ahí aprendí de forma autodidacta lo que es el manejo de las técnicas y eso me fue muy bien de base. A mitad de estar haciendo esto fue cuando entré en la Llotja y ahí es donde descubrí lo que era la ilustración llevada a las editoriales. Sobre todo de cara al álbum ilustrado, y como yo no podía desarrollar a nivel imaginario la ilustración científica porque tiene que ser bastante fiel a todo, aquí pues fue una explosión de ideas una detrás de otra, y empecé a experimentar con diferentes técnicas, buscando mi propio estilo, aunque aún lo estoy buscando… De hecho creo que todo el mundo lo está buscando siempre porque quedarse estancado en la misma manera de hacer es un poco peligroso, a no ser que le funcione de coña, claro.
Ahí en la Llotja estuve estudiando 4 años, y en 3º o 4º, nos presentamos toda la escuela a la feria de Bolonia y me seleccionan con 5 ilustraciones que no eran de ninguna historia ni nada, era un personaje que dibuje: un gato. Y les gustó el gato y ahí se quedó. Con todo el subidón de la emoción nos fuimos unos cuantos a Bolonia y yo con cuatro dibujos mal hechos en una carpeta, sin orden ni patrón, me fui paseando por todos los stands de Bolonia, sin saber cómo se hacían entonces estas cosas. Yo fui, le eché morro y paseándome de arriba a bajo y con la baza de estar ya en el catálogo, fui a petar el stand de Kalandraka y el comentario fue que les gustaba y tal… También ellos estaban empezando. Y así fue que publiqué al cabo de un año mi primer libro. Mi primer libro fue un éxito, obtuvo un premio, el White Ravens, de Berlín, y a raíz de ahí ya fui combinando con trabajos editoriales (que en ese entonces hacia uno al año) mi curro normal con el que yo me ganaba el pan, que era de instalar aire acondicionado, soldador y cosas así. Por suerte como era una empresa en la que yo tenía mucho colegueo con el jefe me daba mis meses sabáticos para hacer mis movidas con los dibujos, con los libros. Y sino dibujaba cuando podía y así iba publicando, hasta que llegué a un “volumen de publicación”, que ya me permitió tirarme a la piscina y dejar el curro con el que ganaba dinero y empezar a sobrevivir de lo que es la ilustración.
Dices que a lo largo de tu carrera tu estilo sigue evolucionando, ¿ha evolucionado mucho desde que empezaste?
Yo creo que sí, lo que pasa es que falta tirar mas del hilo. Creo que todos los ilustradores, cuando dibujamos para nosotros mismos, cuando nuestros trabajos no tienen que ser juzgados, no tienen que ser pagados o no tienen que ir a manos de otros, ponemos toda la carne en el asador (yo al ser vegano diría poner toda la patata en la brasa).
La cosa es que tú haces cosas súper guapas, pero cuando un editor o un cliente te pide algo, te sale el miedecillo ese… de tiro por aquí o tiro por allá… porque tiene que pasar por bastantes filtros, tiene que pasar por todos los “filtros pensantes” que yo llamo dentro de una editorial, que es, a más cabezas con cerebros que deciden qué se hace y qué no se hace es peor, porque cuando a uno le gusta el rosa, al otro le gusta el azul y cuando no le gusta el azul le gusta el amarillo y entonces todo eso lo tienes que combatir. Y una vez hayas pasado todos estos filtros, entran los filtros de los papás, las mamás y las abuelas que compran tu libro… Uy que inapropiado… uy que miedo que da esto!! Yo no veo esto para mi niños y tal… Y todas estas barreras son las que tienes que romper, para decir… voy a hacer lo que realmente me da la gana, y voy a innovar aquí o innovar por allá. Hay que vencer esa inseguridad a hacer algo novedoso para el mercado. Pero claro, al final siempre piensas en el mercado. Haces algo que solo sirva para colgártelo en tu cuarto o en tu pared. Puedes pintarte el culo de rojo y sentarte en un papel y colgarlo, eso a ti te puede encantar, pero eso no funcionara en el mercado, crees tú, ¡o si!
Con todo esto se genera un gran dilema, porque cuando te llaman para hacer algo, lo hacen según lo que han visto de tu trabajo y te piden lo mismo, por lo que corres el riesgo de estancarte…
Exacto, por eso yo intento y animo a todos los demás a no quedarse estancados en un solo estilo como decía en un principio, a tener un poco de abanico de posibilidades, de poder ilustrar para una editorial tipo OQO o Kalandraka, para poder ilustrar para una cubierta o algo mas fantasioso o algo mas serio… de tener un abanico de edades, no limitarte. “No, es que mi tipo de dibujo solo encaja en edades de 6 a 7” o solo “de 12 a 14, 22 y de ahí para arriba…”
¿Crees que es mejor tener un estilo más definido o mas versátil? porque cuando uno empieza ve que los ilustradores con mas éxito son aquellos que se ciñen de forma muy bestia a un solo estilo, y se tiene esa gran duda.
Lo realmente difícil es, que es lo que yo intento, tener un abanico de estilos pero que se te reconozca en todos. Pero además de eso, lo que si es realmente importante, es disfrutar con aquello que hagas. Y que te sientas a gusto.
Sí, en una entrevista tuya que leí en internet decías… “Quiero ser un todo terreno, pero que se me reconozca siempre.”
Ese es un poco el reto ¿no? El reto que te hace quemar neuronas. Además, depende de tu carácter, del tipo de persona que seas, yo soy bastante inquieto y me gusta probar. Que me encargan algo de tónica cursi, voy a ser el más cursi de todos, (pero con gracia y que a mi me guste) que va de terror, pues a muerte con ello y a ver por dónde lo pillo y que sea interesante… y así con todo. Ahora, que te dejen hacer, porque si empiezas a notar como te agarran de la muñeca y te la mueven a su manera sin ser la tuya… mal (esto que acabo de decir tiene una doble lectura bastante fea, pues no es esa).
¿Tú personalmente le prestas atención al tema de las tendencias? ¿Crees que es importante hacerlo?
Eso depende de cada editorial, a nivel temático. Te diría yo… ahora se llevan los vampiros, pues ya sabes que te caerán encargos de vampiros. Ahora se lleva el tema princesas, pues venga a hacer princesas. Te gustará más o menos y tu puedes aceptar o no. Eso no me preocupa, a nivel personal, uno hace lo que le apetece y le viene en gana, y luego si lo puedes mover adelante. El resto son encargos, y son las editoriales quienes deciden sobre qué van a ilustrar. Esto desde mi experiencia. Pero lo que te decía antes, que si va de caperucitas rojas, pues vamos a darle la vuelta y a hacerlo lo más interesante posible.
¿Crees que la búsqueda de estilo como algo ajeno al proyecto se puede convertir en una limitación?
Aquí hay un problema de logística muchas veces, en mi caso por ejemplo, tengo mucho curro y estoy empalmando un álbum detrás de otro. Yo deseo, y me encantaría, poder tener dos meses de más de lo acordado y en esos meses poder experimentar. Pero qué pasa, no tengo esos tres o cuatro meses y te ves obligado un poco a experimentar en medio de un proyecto que tiene que salir publicado, pero no puedes empezar las primeras páginas de una forma y acabarlo de otra, y y tampoco se te puede ir mucho la olla porque tienes una fecha de entrega…. Tampoco puedes empezar con un estilo de ilustración, llevas tres páginas (en las que llevas dos semanas trabajando) y en la cuarta descubres una nueva forma de hacer. Claro, rehacer desde la primera con ese nuevo estilo que has encontrado significa dos semanas más…
Yo me encuentro siempre en esta movida. Entonces intento encontrar un estilo del dibujo mentalmente. Pruebo y tal, voy haciendo mis primeros cálculos y luego lo pruebo y ya lo empleo si compruebo que funciona.
Nos has contado que desde el principio empezaste con encargos, pero… ¿has desarrollado también proyectos personales que luego has ofrecido a editoriales por tu cuenta?
He desarrollado uno que tengo por ahí aparcado, pero pasó lo siguiente: Lo empecé a hacer y cuando tenía cinco ilustraciones hechas me cayó un proyecto, y cuando tienes un proyecto en el que te pagan, aparcas el tuyo y empiezas con el otro. Lo acabas a los tres meses y una vez acabado piensas en retomar el proyecto aparcado y qué sucede, pues que ya no te mola lo que hiciste porque ya has avanzado un poco más en tu manera de hacer y empiezas a hacerlo desde el principio y cuando llevas cinco ilustraciones, te cae otro proyecto de otro libro, y lo haces y lo retomas… Lo he empezado como tres veces.
Pero ahora por primera vez estoy empezando uno enteramente mío, y ya tiene madre y padre. Para principios del año que viene estará.
Lo que comentábamos antes de que empiezas con un estilo, te haces famoso, te caen trabajos porque gusta tu estilo… ¿Tú que recomendarías a un ilustrador al que le va bien con un estilo, pero que tiene las necesidad de experimentar?
Pues que busquen tiempo de donde puedan y que se lo curren, que trabajen para sí mismos, sin pensar en que tienen que enseñárselo a nadie. Que cuando uno hace para si mismo no hay miedo alguno.
¿Qué le recomendarías a los ilustradores que van a hacer una primera aproximación al mundo editorial?
Les recomendaría que fuesen a ferias, que vayan a Bolonia por ejemplo….que vean lo que se cuece por el mundillo editorial, y si detrás hay una especie de concurso, exposición o lo que sea, que se presenten. Porque existe la posibilidad de que te cojan y te dan la entrada, y luego si quieres hacer un poco de recorrido que miren en la web de la feria qué editoriales se presentan, que consigan los mails de las que les interesen, en las que crean que pueden encajar, y que intenten programar una serie de citas.
” Hola soy el ilustrador tal… le envío un PDF con 5 ilustraciones mías (no les pongas 25.000 y si puede ser que vayan incrustadas ya en el mensaje, que no tengan que abrir ningún archivo, porque entonces pasaran de largo) y me gustaría tener una cita en el próximo salón que voy a estar tal, tal, tal.” Ahí te aseguras que te van a contestar y que tendrás una hora con ellos.
El acudir a las ferias también da un poco de miedo, por el tema de que son muchas las editoriales y los ilustradores que acuden, y muchas veces te puedes sentir como una hormiguita ahí dentro…
Bueno es lo que hay, pero tú tienes que confiar en tu trabajo. Acertar también en la persona a la que le pueda gustar tu forma de trabajar. Hay muchas editoriales que buscan más un estilo de trabajo que encaje en el mercado porque sabe que eso es lo que el público compra, y luego hay editores que apuestan más y arriesgan por algo novedoso, original, inteligente y mucho menos comercial. Pero es que de estos segundos tienen que haber, porque si no ¡¡¡acabaríamos todos dibujando a lo Disney!!! Cuando entro en una librería y voy a la sección infantil/juvenil enseguida se diferencian dos clases de libros: los fluorescentes de colores hiper saturados forrados de purpurina, y la zona “neutra” que le digo yo, colores más apagados, búsqueda de atmósferas y unas armonías de colores entre más neutros y algún que otro más saturado, llamando al punto de atención… esos son los que yo busco.
Evidentemente todos tenemos influencias de todos lados, pero intentemos hacer algo nuevo, novedoso, que les impresione. Yo últimamente veo muchas copias, estos libros “illustrator” que hay. Yo antes los compraba, pero ahora cojo uno y veo otro y son todos clones, parece que hay una tendencia y todos a por esa tendencia. Hubo una época que todos hacían Labanda, otra que todos parecían hechos por Gary Baseman, ahora veo infinidad de “Mark’s Ryden’s”…. Y repito, todos mamamos de todos, pero me quedo con una frase que dijo alguien (que no me acuerdo de su nombre…) en una tertulia que hicimos hace poco sobre ilustración en una sesión del Breakfast Club. Dijo que quizás lo importante no es de dónde saques las ideas, sino de a dónde las llevas.
Cuando empezaste ¿cuales eran tus preocupaciones diarias con respecto a la ilustración?
Pues si podría vivir de esto, de mis dibujos, si tendría futuro… vamos, las típicas preocupaciones de un ilustrador recién salido del horno todavía humeante y con mil dudas e inseguridades en su cabeza. No sabes hasta que punto puedes arriesgar, vas con el chip de que te están haciendo un favor por publicarte, te agarras a un clavo ardiendo, cualquier proyecto te parece una súper gran oportunidad por muy “mierder” que sea (por ejemplo un mísero díptico para una concentración de boletaires de Montagut)… Para ti es una oportunidad de subir a lo más alto! y lo pones en tu currículum: Realización de díptico para la Asociació de Boletaires de Montagut ¡¡¡”El bolet de Montparnàs”!!! ¡súper contento y feliz! después, poco a poco ya vas viendo como funciona esto.
Bueno yo ahora que estoy haciendo bastante entrevistas de cómo empezaron los ilustradores, me quedo con la duda de que si todo es cuestión de suerte y todo lo que uno hace no va a servir para nada si no hay suerte de por medio, porque parece que en muchos casos es cuestión de estar en el lugar, en el momento y que toque…
Bueno… sí, que te vea la persona justo a la que le gusta lo que tú haces pues un poco sí. O sea si todos los dibujos están en un montón y van mirando por turnos, y cuando la persona a la que le podría gustar lo que haces justo se va a hacer el café y el siguiente lo pasa…. ahí la has cagado, no sé, hay un destino para todo. Pero si lo que haces tiene ese puntillo de originalidad, tarde o temprano acabará prosperando. Bueno, ¡eso quiero pensar!
¿Hoy día cuales son tus preocupaciones con respecto a la ilustración?
Pues no lo sé, mi máxima preocupación está en seguir evolucionando, en dar distintas visiones de los proyectos que me planteen, antes lo digital me preocupaba, ahora menos…
Un consejo que te hubiera gustado conocer cuando empezaste y una recomendación para los ilustradores que están empezando:
Pues que investiguen, que prueben, que observen, que miren libros, que pinten lienzos, que crean en lo que hacen, que le echen morro. Y que nunca estén al 100% satisfechos con su trabajo, que siempre podría haber estado mejor, y que en el siguiente lo intenten, y así una y otra vez hasta que te mueras de viejo.
Y que se junten unos cuantos con ganas y monten exposiciones colectivas juntos (que al principio ir acompañado va muy bien).