Esto es lo que me empecé a cuestionar cuando año tras año, alumno tras alumno, y también analizando mi propia experiencia, fui llegando a la conclusión de que algo importante falta cuando tomamos la decisión de convertir nuestra pasión en profesión creativa y emprendemos ese camino. Algo esencial. Algo que nos frena, nos confunde, nos bloquea…
Las personas creativas somos seres muy sensibles, que estamos muy conectados al mundo y a nuestras emociones. Por eso necesitamos expresarnos creativa o artísticamente… Pero expresión no es igual a solución. Es solo un sonido que no articula palabras en un idioma comprensible… Por eso dibujar, crear, no es suficiente.
Después de dedicar ya varios años acompañando a muchas personas increíbles, fuertes y valientes, que han decidido priorizarse y han querido dar el paso de convertirse en ilustradores profesionales, me dediqué a estudiar e investigar constantemente todo lo referente a usar nuestra creatividad para trabajar y fui viendo un patrón que se repetía en prácticamente todos mis alumnos: Los mayores obstáculos para alcanzar sus objetivos estaban dentro de sí mismos. Sus miedos e inseguridades, su falta de gestión emocional, su falta de auto-conocimiento y trabajo interior y la inexistente comprensión de la mayor herramienta que necesitamos para poder comer de nuestra pasión: la creatividad.
Es por eso que hace ya un tiempo que me he puesto como misión personal dar a conocer qué nos pasa por dentro cuando tomamos la decisión de que nuestro hobby se convierta en nuestro trabajo. Porque aunque no lo creas pasan muchísimas cosas.
Y si no te lo crees, escucha este episodio del podcast Viviendo del Cuento, donde las majas majísimas Manoli, Eva y Laura me cedieron un espacio para poder hablar de todo esto, que es tan importante y que puede significar un cambio gigantesco en la manera de entender cómo avanzar en nuestra carrera creativa.
De verdad espero que esto os resulte útil y revelador.
Yo solo puedo decir que tengo la suerte de ser testigo a diario de los resultados de mis alumnos, que con miedo y un poquito de pereza, se embarcan conmigo en este camino de auto-descubrimiento que les permite poner en orden su interior, deshacerse de sus miedos, entrenar y domar su creatividad, darle una forma concreta y avanzar en una dirección clara hacia adelante sintiéndose muy empoderados, porque poco a poco van aprendiendo a escucharse, a entenderse, a normalizar lo que sienten, a ver posibles obstáculos y sortearlos rápidamente, a no hacerse trampas, a cuidarse, quererse y sobre todo a disfrutar de lanzarse a la aventura de convertirse en creativos profesionales.