¿Cómo fueron tus inicios?
Estudié ilustración en la escuela de arte de Valladolid, y nada más terminar me fui presentando a concursos esperando ganar algún premio, para ahorrar dinero porque quería estudiar más, hacer algún curso en EE.UU., cosas así, lo tenía muy claro. También fui a hacer entrevistas a Madrid, a editoriales de revistas, de libros. El primer encargo me llegó de Quo y después de Elle. Con Quo sigo trabajando hasta ahora. Esto fue en el 2006. Los primeros años me pasaba todo el tiempo viajando, a la feria del libro de Bolonia, a Angoulême (de cómic)…
¿Haces cómic también?
A veces, cómics de no más de cuatro páginas. Consumen mucho tiempo, me da rabia que se lea en dos minutos cuando te ha llevado días hacerlo…
¿Y cuándo ibas a la feria de Bolonia, te ibas habiéndote estudiado cómo funciona todo allí?
¡Qué va! Siempre fui a la aventura y no conseguí nada, vamos. Bueno, conseguí ver a Antonio Ventura, de Anaya, y más tarde me salieron dos libros con él. Tanto cuando estaba en Anaya como cuando ya estaba en Oxford.
¿Y actualmente a qué te dedicas más, qué es lo que más haces?
Ahora estoy terminando un libro y haciendo una portada para una editorial y trabajos sueltos, sobre todo para revistas. También trabajo mucho para publicidad. El año pasado recibí varios encargos desde Malasia, para una marca de pinturas que había sacado su línea ecológica y el encargo fue hacer unos cartelones gigantes que cubrían centros comerciales. Me dio rabia porque me invitaron a ir, no pude porque me coincidía con un taller que iba a dar en Paraguay y Argentina.
¿Entonces cuando te planteaste empezar a buscar trabajo, lo hiciste desarrollando un proyecto personal o un portafolio con ilustraciones sueltas?
Desarrollé un portafolio con unas cuantas ilustraciones y me fui por ahí. También me promocioné por email y eso. En seguida comencé a trabajar con una agencia, Pencil. Actualmente me representa una agencia de EE.UU. llamada Magnet.
¿Y te gusta el ritmo y la forma de trabajar en EE.UU.? Porque se dice que son muy exigentes, intrusistas y quizás demasiado tiquis-miquis…
Te piden cambios constantemente. Te pagan mucho más pero son mucho más exigentes con lo que buscan… y tienes que aceptarlo… la verdad es que se sufre mucho si estas acostumbrado a la dinámica europea. Cuando tienes que desarrollar un libro con muchas ilustraciones resulta agotador. Al principio, el contraste era tan grande que pensaba… “me odian o no entiendo qué pasa aquí”. Me lo tomé como algo personal, porque me pedían tantos cambios por imagen que no me parecía normal. Detalles como “hazle las pupilas un poco más pequeñas” o “la mano se ve un poco rara, cambia dos dedos”. Afortunadamente pude conocer a la editora en persona, y vi que forma parte de su rutina de trabajo, que evidentemente no albergaban nada contra mi. Por ejemplo tienen que presentar las portadas que se van a editar al gremio de libreros para que estos les den el visto bueno. Tienen que tener en cuenta tantas opiniones… primero está la directora de arte, luego la editora, la escritora, el gremio de libreros que también opina, porque si ellos te dicen que creen que ese libro no lo van a vender con esa portada, hay que cambiarla.
Está muy bien trabajar para EE.UU. porque la remuneración es mayor, pero claro, es muy estresante porque a veces tienes la sensación de que tú eres las manos y ellos son el cerebro y te están controlando. Y en ocasiones no reconoces tu propio estilo.
¿Has notado al trabajar fuera de España mucha diferencia con respecto a la manera de trabajar aquí?
Un editor francés me dijo una vez que durante los años setenta y ochenta se habían empezado a buscar novedades al norte, centro y al este de Europa, y que a partir de principios de siglo las novedades más interesantes suceden en países meridionales como España e Italia. Es curioso que me dijera esto un francés, siendo, en mi opinión, Francia junto a Japón uno de los mejores mercados. Esto quiere decir que nosotros hemos tenido un cambio no sólo cualitativo, porque es España siempre han habido ilustradores buenos, sino que en la actualidad producimos tendencias.
También me han comentado que son muy estrictos y si te ofrecen algo y les dices que no porque ya tienes mucho trabajo o quieres compaginar con otras cosas, se enfadan y dejan de trabajar contigo. ¿Es así?
Sí me pasó con una revista. Me estaban pidiendo tantos cambios que les dije “oye, a partir de tantos cambios, o me pagas más o no sigo”. Acabé ese encargo y ya no he vuelto a trabajar con ellos. Ni con esa revista ni con ese grupo editorial. Pero a veces tienes que plantarte en algún momento, porque lo sentía abusivo. Me pedían cambios para deshacerlos. Era desesperante. Así que el que uno decida meterse en una agencia estadounidense que se compre una mesa de luz y que se acostumbre a usar siempre el photoshop. Al principio yo no lo hacía, pero cuando hago algo para EE.UU. aunque me lleve más tiempo, lo hago todo por capas para agilizar el proceso en la fase de las revisiones.
¿Tardaste mucho en encadenar encargos para poder vivir solo de la ilustración?
No mucho. Un año y pico. Bueno, cuando empecé vivía en casa de mis padres y fui ahorrando. Pero la verdad es que me salieron trabajos muy interesantes en poco tiempo. Me llamaron de EE.UU. para hacer un anuncio-documental que se proyectó en los cines americanos. Fue increíble. Era una sensación tan extraña, recibir emails de gente que había visto el anuncio.
¿Y has tenido alguna época de quedarte sin encargos y tener que ponerte a moverte de nuevo?
La verdad es que no. He tenido suerte. Solo necesito pensar muy fuerte “Necesito trabajo, por favor, teléfono suena!” Y normalmente suena. Lanzo un grito desesperado al universo y normalmente responde. Esa es mi técnica (se ríe).
¿Qué opinas de internet como herramienta de trabajo?
Se supone que es un aliado y puede tornarse tan rápido en tu enemigo… Hay una fina línea de comenzar a ver blogs y páginas para inspirarte, o para buscar imágenes de referencia para un trabajo, a acabar de enlace en enlace, perdiendo el tiempo y leyendo noticias por aquí, mirando cosas por allá… Para mi es un problema, porque no me siento capaz de eliminar internet, es parte de mi rutina de trabajo y lo uso mucho para conseguir referencias gráficas, pero hay que tener cuidado…
¿Qué opinas del mercado de la ilustración ahora mismo? ¿Piensas que hay hueco para las nuevas generaciones de ilustradores?
Sí, yo creo que siempre. Siempre se necesitarán dibujantes. Para plasmar ideas, para libros, para lo que sea. El ser humano va unido al dibujo desde siempre.
Me has comentado que tienes bastante experiencia trabajando en el extranjero. ¿Qué diferencias has notado con España? ¿Qué mercados prefieres?
Los australianos por ejemplo me caen súper bien. Son gente muy relajada, que respeta mucho lo que haces, paga bien, que siempre es importante y ofrecen proyectos muy interesantes. Por lo menos a mi. Siempre las experiencias que he tenido…geniales. Y además muy respetuosos.
Los americanos son gente muy educada y que valora mucho tu trabajo. Pagan muy bien los proyectos pero están mucho más constreñidos por una serie de normas y eso limitan la libertad que te dan.
Y en España, pues es otra historia. La gente es muy relajada, te dan manga ancha para hacer lo que quieras, y eso está guay, pero la remuneración es mucho menor, es otro mercado, para menos público, no pueden pagar lo mismo que en Australia o EE.UU. Pero la gente es muy maja y eso se agradece.
Sobre el tema de tener agente, ¿me puedes contar como pasó? ¿Lo buscaste tú o te encontraron ellos a ti?
En el caso de mi agencia actual, yo quería trabajar con ellos y les envié un email, dos años más tarde me contestaron, cuando yo me había olvidado por completo… pero me seguían interesando, por que representan a mucha gente que admiro.
¿Entonces si solo tienes agente en EE.UU., los proyectos que te salen en el resto de sitios es a través del contacto directo con el cliente? ¿Cómo va eso?
Muchos trabajos me los consigo yo, aunque tenga agente. Un agente no te garantiza trabajo estable.No hay nada mejor que la promoción que te puedas hacer tú misma. Ahora mismo no hago nada para conseguir trabajo. Tengo la web y el blog, y ya está. Si los actualizas con frecuencia creo que da sus frutos. Generas interés.
¿Has tenido problemas con contratos con los que no estuvieras de acuerdo?
No, la verdad es que siempre tengo mucho cuidado, los leo bien y propongo las modificaciones que creo convenientes. Si se negocia bien no tiene por qué haber problema.
El tema precios, al empezar es difícil saber qué precio poner, y luego ir ajustando según vas trabajando… ¿tú cómo lo haces?
Yo siempre me fié mucho de las referencias de precios sobre las que había leído, e intenté basarme en eso desde el principio. También tengo un lema o algo así. Siempre pienso que hay que mandar los presupuestos sin pensar “soy nuevo, tengo miedo” , sino desde el enfoque “tengo un hijo. Y lo tengo que mantener”. Si no te tomas en serio, los demás tampoco. Sé que es duro, y a veces cuesta no dejar que te coman el terreno, pero es que si no lo haces no te estás respetando como profesional.
¿Y sobre lo de cobrar? Porque siempre es un tema complicado…
Sí que me ha pasado, y me pasa. Es un tema muy incómodo, pero hay que hacerlo. Mandar emails de “cuando me vas a pagar?”. No debe dar vergüenza hablar de dinero. Es una tontería muy española, hay que perder ese complejo.
¿Cómo se te da ser tu propia jefa? Gestionar tu tiempo, etc.
Se me da mal, funciono por picos de actividad. Por ejemplo, igual me estreso mucho y trabajo tres días seguidos sin ver la luz del sol, pero luego no me apetece sentarme en la mesa en tres días.
¿Crees que el ilustrador consigue tener vida más allá de su trabajo?
A veces parece que la hay… es complicado, la verdad. Mantener pareja, vida social, relación con la familia, aficiones, etc… es difícil, y a veces cuando tienes mucho trabajo te centras en eso, pero también te das cuenta de que trabajas sin pasión, porque te falta lo demás, así que… uff, no sé.
Eres tu propio jefe y tu propio empleado… tu vida personal te afecta en el trabajo,en el momento que hay un bajón emocional, no rindes lo que toca y te intentas exigir, así que es un problema… He descubierto que pequeñas cosas que me crean un poco de rutina en el día hacen que pueda llevarlo todo mejor. A lo mejor es una tontería, pero a mí me sirve. Hay que trabajar mucho para tener una sola buena idea.
¿Y cuando empezaste cuáles eran tus mayores preocupaciones con respecto a la ilustración?
Conseguir clientes, no sabía cómo lo iba a hacer. Me paralizaba solo de pensarlo. En la escuela no te enseñan nada de eso y sentía auténtico pavor a enfrentarme a esa situación. También me aterrorizaba la posibilidad de enfrentarme a un encargo, un trabajo remunerado. Y de repente llegó, pasé unos nervios increíbles con ese primer encargo, estaba acojonada. Pero todo fue bien.
¿Y hoy en día cuales son tus preocupaciones?
Ahora mismo no hay ningún un tema en especial que me preocupe.
He llegado a la conclusión de que si trabajas, obtienes recompensas por el esfuerzo, y creo en ello. En el momento que flaqueas las fuerzas cósmicas que lo regulan todo te castigarán. Y que tampoco hay que agobiarse. Porque las cosas no siempre van bien, eso es ley de vida, pero no hay que agobiarse. Hay que seguir trabajando y ya está.
¿Un consejo para los que están empezando?
Crear un portafolio online y actualizarlo. Tratar de estar abiertos a críticas y mantener una buena actitud. Trabajar de manera constante y ser generosos con los colegas de profesión ya que este es un mundo muy pequeño.