Icono del sitio Ilustrando Dudas

Entrevista a la editora Yésica Herranz

¿Me puedes contar en qué consiste tu trabajo?

Soy la directora general de Primera Persona. Es una editorial fundada en el año 2000 en la ciudad de La Coruña. Las fundadoras fueron Cecilia Martínez y Elisa Vázquez. Son dos mujeres que vienen del sector del libro. Han publicado con Planeta… es decir, que están reconocidas. Y decidieron crear a través de Primera Persona una plataforma de edición diferente. La cuestión es que yo llegué a la editorial hace tres años y medio por amor a un libro. Y lo digo así porque yo conocí a nuestra editora jefe, a Cecilia, en una feria del libro. Yo soy una lectora, no tenía ningún conocimiento del sector editorial, venía de otra rama, de la economía. Pero un libro me enamoró y todo lo que conlleva aprender, y el conocimiento, y de ahí fue desarrollándose como proyecto y empecé a trabajar como editora de comunicación y hace siete meses se me asignó el cargo de directora general, con la consecuencia de que la editorial Primera Persona tiene que crecer y tiene que ser de aquí a tres años una gran referencia como editorial educativa.

Qué historia más bonita… que decidieras reencaminar tu vida así.

Pues sí porque hay una parte de superación personal y de evolución. Ya no solo por aprender, en el conocimiento, sino en ser capaz de no limitarte a ti mismo. Y captar y aprender de todas las personas que tienes alrededor, en tu trabajo, en el día a día… desde el punto de vista de que (lo hablábamos hace un rato con una compañera librera) con cada libro que hacemos generamos un flujo de trabajo, un flujo de conocimiento muy alto. Y eso debemos ser conscientes de que el papel del autor, del ilustrador, del corrector, el traductor, del maquetador, del impresor, del canal de distribución y del librero es muy importante para que llegue al cliente final. Y es importantísimo que se cuide, se mime y se proteja todo ese proceso.

¿Qué tipo de relación tienes con el ilustrador?

Pues, sinceramente, me gusta mucho trabajar en equipo. Creo en el be to be. Suma más. Y considero que lo que hago es sentarme y ver las necesidades que el ilustrador tiene que cubrir con su talento. Me gusta conocer el talento de cada uno y si una persona es más empática o su ilustración tira hacia algo más emocional, pues ayudarla a que desarrolle su máximo exponencial. Porque yo creo que las competencias y el talento conjuntamente con el trabajo es la suma perfecta del éxito. Creo en que no se puede pedir cualquier cosa a cualquier ilustrador. Sino que hay que buscar la forma de trabajar en la que el ilustrador se sienta cómodo. La ilustración es un código visual que tiene que transmitir unas emociones, y por tanto no vale todo. Ese código visual y el código escrito que lo acompaña deben estar en sinergía y funcionar.

¿Qué tipo de trato tienes con el ilustrador antes de decidir que quieres trabajar con él?

Pues un trato personal. Siempre intento tener una reunión, hablada. Intento que lleguemos a sentarnos y a conocerlo. Incluso dejarle claro cómo soy yo, para que sepa cuáles son mis motivaciones como editora y qué es lo que busco. Igual que yo les pregunto y les escucho para conocer sus motivaciones y su yo, que expectativas tienen de su futuro, puesto que a lo mejor se puede caminar en la misma dirección y en común mediante un proyecto. Y dejando siempre claro que este trabajo es de equipo. Hay que sumar. Y yo sé que si no me enamora no voy a conseguir vender. Porque como parte del arte de convencer también está el arte de enamorar.

¿Qué errores crees que son los que más cometen los ilustradores noveles cuando se ponen en contacto con la editorial?

Normalmente las formas. Ese suele ser el fallo más común. No vale todo. A veces se peca de querer dar más más más, volviendo las cosas demasiado complejas. Pero al final, menos es más. Y tú quieres ver el trabajo. Y que resulte fácil hacerlo. Hay que dar un mensaje claro y mostrar lo que te gusta hacer. Ser muy especializado. No querer tener un poco de todo. Ser coherente y apostar por lo que se te da bien.

La verdad es que lo último que comentas de especializarse, es un dilema que tenemos los ilustradores que estamos empezando. Porque vemos que el mercado pide esa especialización estética, pero los encargos que llegan son muy distintos y además pues si se quiere experimentar, al final salen cosas muy distintas…

Es que yo creo que a parte del camino que elija cada ilustrador, parece que todos pasáis por ciertas fases. Y lo hablaba con otros ilustradores más experimentados y me comentaban que sí. Parece que al principio, todos hacéis un poco de todo, sin definidos en una estética. Después casi todos descubrís lo que se os da bien, y os centráis en eso, y después comienza una evolución. De todas formas, nosotros lo que intentamos es hacer encajar el proyecto con el ilustrador. Porque a lo mejor tú vienes, y me intentas convencer. Vender tu trabajo. Y se te da bien hacer figuras animales. Pues bueno, a lo mejor para un proyecto que tengo ahora no funcionas, pero para otro sí puedes encajar, y lo tendremos en cuenta y recurriremos a ti. Por eso tampoco hay que querer convencer de que se puede hacer de todo. No. Hay que intentar hacer lo que a uno se le da bien.

¿Y cuando dices que a los ilustradores les fallan las formas, te refieres al continente o al contenido?

A la presentación. La gente peca de intentar ser muy innovadora, diferente, y hacer cosas demasiado complejas. A veces nosotros no sabemos cómo entender eso, aunque siempre es bueno tirarse a la piscina e innovar, arriesgarse. De hecho lo consideramos uno de nuestros leit motiv en la editorial y a veces nosotros también hemos pecado de arriesgarnos demasiado. También te digo que suele pasar que lo veo tan complejo que desisto y digo, “bueno, hablar con esta persona me va a ser complicado…” y después cuando les tienes que dar las directrices o las pautas, ves que te dicen que les estás coartando la libertad de creación. Entonces tienes que decirles bien claro que no, que lo que pasa es que tiene que tener claro que es un producto que se debe vender y es un negocio. Y por tanto el editor o el publicista invierte en ti porque quiere crear un producto exitoso y para eso hay que tener ciertas pautas claras que puedan asegurar la rentabilidad y el éxito del proyecto. Y es verdad que en el mundo del arte y los negocios cuesta un poco en la parte práctica. A veces la comunicación es complicada. Y es verdad que yo pienso que el arte es sublime y no se debe aniquilar ni limitar, pero la ilustración es arte aplicado y a veces se olvida que debe estar supeditado a la función de comunicar. Es algo muy complejo y subjetivo… no siempre la gente entiende lo que quieres comunicar. De hecho yo necesito unas fichas del producto. Un estudio de mercado. Escojo diferentes perfiles y realizo un estudio y testeo cómo va. Es algo súper importante antes de publicar nada. Y esa gente me da su percepción y aunque es subjetiva, al final si que puedes sacar en claro ciertas pautas en las que te puedes basar porque ves que son comunes. Y como tú estás dentro del sistema a veces no tienes perspectiva o la objetividad correcta, entonces hacer estos test vienen muy bien para tener los pies en la tierra y encaminar el proyecto de otra manera si no está funcionando.

¿Cuando los ilustradores presentan su trabajo, agradecéis que el portafolio esté muy enfocado al mundo editorial o está bien que haya diversidad?

No, no, a mi me encanta ver todas las cosas que hacen, si han hecho publicidad, pues eso, que nos enseñen lo que han hecho. Nosotros somos versátiles. Entendemos que a veces pues no te han dado ninguna oportunidad en editorial o has trabajado en otras cosas o no has podido desarrollar trabajos personales que vayan enfocados a este mundo… Entendemos que hay mucha competitividad. Hay muchos ilustradores y por eso estáis tan preocupados. Para nosotros también es complicado seleccionar por esa gran competencia que hay. Yo intento seleccionar cada día y en nuestro plan editorial casi a primeros de año ya tenemos seleccionados a los ilustradores para los proyectos del año siguiente. Pero también es cierto que si alguien me llega a enamorar o a impactar, aunque ya hayamos cerrado y organizado el año, a mi esa persona se me queda grabada y en cuanto veo una oportunidad, le llamo para el año siguiente. Yo tengo muy buena memoria visual y me quedo con lo que me gusta. Y disfruto cada vez más con la literatura ilustrada. Además tenemos editores que chapó… porque saben sacar lo mejor de los ilustradores con los que trabajan. Yo creo que una persona inteligente es aquella que se junta con aquellas que suplen sus carencias y se complementan. Y nuestros editores saben crear equipos que funcionan.

¿Preferentemente preferís recibir proyectos propios de los ilustradores o solo portafolios con trabajos de referencia para meter al ilustrador en proyectos vuestros?

Mira, de hecho lo hablábamos en una reunión de equipo hace poco. Nosotros por ahora hemos apostamos solo por producción propia nuestra. Pero es verdad que intentamos dar oportunidades. Nosotros hemos captado muchos talentos y les hemos dado una oportunidad y a partir de ahí han despegado. Nos gusta apostar por un ilustrador nuevo, emergente y conjugarlo con alguien experimentado. Pero es verdad que por ahora no hemos hecho ningún proyecto que no hayamos diseñado nosotros.

¿Me puedes hacer un perfil de tu editorial, para que se entienda a qué os dedicáis exactamente?

La editorial se dedica al proyecto educativo infantil y juvenil. También tenemos otra línea de negocio, que es el proyecto Singular, que lo que hacemos es generar material de alta calidad de diseño que apoye la narración y todas las necesidades que creemos que tiene el lector. Pues por ejemplo con cuadernos de lectura de mucho diseño, buscando citas célebres, autores célebres… el leit motiv de todo es el arte para el arte, y divirtiéndose. Porque nosotros tenemos el lema de que la educación tiene que ser divertida. Y si encima es interactiva… De hecho tenemos cosas interactivas en papel que es muy difícil de hacer. Nosotros trabajamos con la música, con la coordinación, con las sensaciones… por ejemplo tenemos un libro publicado “Cartas que vienen de Iván” que son cartas que enviamos a animales de la selva. Entonces tienen que abrir el libro, abrir el sobre donde estará la carta que en realidad es un cancionero, que al mismo tiempo se podrá escuchar con un cd que va incorporado. La interactividad viene de muchas áreas. El papel es muy importante en esto. Y los cambios de paradigma en el ámbito editorial no nos van a llevar a que se pierda todo esto. Y también por supuesto, trabajamos con valores. Es algo que debe estar siempre ahí.

¿Trabajáis mucho con gente del extranjero?

No, intentamos más trabajar más con gente de aquí. Aunque tenemos dos perspectivas. Trabajamos con autores venezolanos, uruguayos, brasileños… hemos trabajado con autores marroquíes, franceses. Tuvimos novelas de autores extranjeros, y ahora estamos intentando tener una dualidad. Un equilibrio. Y de hecho apostamos por el autor nacional y también por el autor extranjero. Y ahí estamos dándole duro porque son momentos complicados. Pero hay que elegir bien más que nada.

Suele haber siempre debate porque parece que los ilustradores nunca consiguen ponerse de acuerdo con las condiciones de las editoriales. La tirada, el adelanto, los derechos, los royalties, etc. ¿Tú qué opinas de eso?

Yo tengo una política de dar una cantidad de anticipo x y después un royalty. Si te pones a mirar en otros sectores, porque estoy relacionada por temas de innovación tecnológica, etc, te dicen que la gente no cobra derechos de autor por hacer por ejemplo un desarrollo informático que también es algo creativo y personal, y entonces claro, eso también depende de que uno lo patente, o haga fuerza y se pongan de acuerdo en ciertas cosas para que se consideren de otra manera. Yo les comentaba que nosotros lo tenemos todo con copyright y con derechos de autor, y todos tienen sus derechos. Estamos acostumbrados a que no se valore el trabajo de los demás.

 Entrevista realizada en persona, grabada y transcrita posteriormente. Año 2013.

Yésica Herranz

Editora y CEO de la editorial ‘Primera Persona’, fundada en el año 2000. Mujer joven y dinámica con una producción variada, que abarca desde proyectos educativos, infantiles y juveniles hasta otros proyectos más singulares. Esta editorial debe su nombre a la primera persona literaria y al enfoque en la personalización e individualidad que pretende tener como rumbo en sus publicaciones. En la actualidad continúan a pleno rendimiento tanto la editora como la editorial.

Página Web

Salir de la versión móvil