Cuéntanos cómo nació el fanzine. ¿Fue cosa tuya o hubo más gente implicada?
Más bien fue una confabulación de muchas personas y cosas. La idea salió cuando estudiaba en el máster de Ilustración de la Universidad, y entre charlas y cigarros en las puertas, nos decidimos una compañera y yo a sacar un fanzine. De ahí armamos el primer número, y luego en adelante continué solo, con la ayuda más adelante de Paulapé en la gestión del asunto. Pero bueno, en líneas generales, no es una cosa que surga sola (al menos en mi caso), sino que intervienen muchos factores. Sobre todo los que tienen que ver con la motivación.
¿Por qué te merece la pena llevar a cabo este proyecto? ¿En qué te enriquece? ¿Cuando nació la idea, te costó decidirte a ponerla en marcha? ¿Pensaste que sería más o menos difícil de lo que ha sido en realidad?
Merece la pena en tanto en que edito lo que me apetece, como yo quiero y en las condiciones que uno mismo decide. Principalmente es el cariño por la edición de libros. El hecho mismo de plantearlos, desarrollarlos y montar las piezas. Hasta el momento en el que sale impreso y ya deja de interesante completamente. Entonces viene la otra parte: quitarte cajas del pasillo de casa, es decir: distribuirlo.
Hacerlo tú es mucho más enriquecedor porque lo editas tal y como lo imaginaste. Por contraposición, también asumes todos los fallos y fracasos. Así que siempre mantienes esa divertida relación de amor-odio. No me costó decidirme a ponerme, lo que sí me cuide mucho es de estudiar primero mi entorno y ver qué podía yo aportar a él. No por buscar diferenciación, sino por procurar no caer en corrientes o temas muy trillados o aburridos. Es tan fácil o difícil como te lo quieras plantear. Está claro que a más dificultades sorteadas, el resultado es infinitamente más grato. De la otra manera tienes una publicación más modesta, pero también acorde a lo que has invertido en ella. Y no hablo de dinero.
Cuando te pusiste en serio a desarrollar el proyecto, ¿qué proceso seguiste? ¿Hiciste números?
Pregunté el precio de lo que quería al impresor. Ya con eso puedes empezar a organizarte. Como no tenía un duro busqué las alternativas posibles. Pero intenté no caer en el desánimo por una cosa tan trivial, aunque importante al fin y al cabo. No hubo lío porque enseguida trabé amistad con mi impresor favorito!
¿Cómo planteaste las pautas de colaboración con los ilustradores?
Ahí sí, quizá, esté mi lado más detestable como editor. Llevo el proyecto muy interiorizado desde el primer momento, así que trato de convencer al personal para que participe de mis fantasías y cábalas. Yo les planteo una frase, un poema, un verso… sobre el cual pueda ser interesante hacer una reflexión. Escojo muy cuidadosamente al autor de la frase, lo asocio a un color, a un lugar común de mi imaginario, y organizo las pautas del cadáver exquisito con el que se funciona en cada número. A partir de aquí ya se lo puedo transcribir (en formato de pequeño cómic) a los colaboradores. Para colmo de males no puedo ni pagarles todo el daño.
¿Buscaste antes los lugares interesados en venderlo o te lanzaste a hacerlo sin saber eso?
¿Necesitaste una inversión inicial muy grande? ¿Cómo conseguiste la financiación y los patrocinadores?
Sí, era una inversión lo bastante grande como para no poder pagarla. Así que toqué aquellas puertas donde creía que aquello podía interesar. Como participamos muchos compañeros de clase, pues los primeros en acudir fue la Universidad (UPV). También los libreros y libreras mencionados. Así como Escuelas de Diseño (EASD, ESAT), museos (IVAM, MUVIM), papelerías o asociaciones profesionales (APIV, ADCV). A todos ellos medio les engañé. Y así me salí con la mía de poder financiar la revista.
¿Tuviste claros desde el principio los puntos fuertes del fanzine (buena calidad de edición y colaboradores potentes)?
A día de hoy aún no sé cuales son sus puntos débiles o fuertes. Sólo trato hacerlo lo mejor posible, y cuidar lo que comentas: papeles, acabados, tipografías, numeración, guardas… y hacer que cada vez participen mejores autoras y autores. Aunque en realidad está bastante abierto a cualquiera. Cualquiera que soporte mis excentricidades como editor.
¿Cuánto tiempo te lleva gestionar cada número de Arròs Negre teniendo en cuenta que es una publicación semestral? ¿Lo consigues compaginar con tu trabajo como grafista freelance? ¿Te da de comer o lo haces por amor al cómic y la ilustración?
Me lleva normalmente unos 5 meses. En este último un poco más porque por razones de curro y bolos he ido bastante liado y un poco despistado con el asunto. Aunque ya en breve (principios de 2014) saldrá el #5. No hay problema en compaginar lo que te gusta. Lo que no consigo es compaginar el trabajo diario con las otras mil movidas que me apetecen realmente hacer. Pero sí, en general hago equilibrismos para que así sea. No me he planteado si pudiera comer del fanzine porque nunca me he puesto a hacer números ni creo que sirviera de nada. Mi interés va más en la idea de poder seguir editando proyectos como éste, y otros.
¿Qué crees que es lo que más ha hecho crecer al fanzine de número a número? (¿difusión en las redes sociales, participación en concursos, acudir a ferias, sus colaboradores, los puntos de venta…?)
La revista va creciendo sí, pero yo sólo noto que lo haga en número de páginas. Aunque sí es verdad que el movernos a festivales y encuentros de autoedición te hace estar un poquito más presente y tener reconocimiento. Para mi sobre todo esta vía se me hace imprescindible para darle salida a las cajas del pasillo. Cada vez funciona mejor en estos foros, y peor en las librerías. Aunque estaría bien que se equilibrara la cosa. Por otro lado, la vida del feriante es fantástica; y muy estimulante para seguir editando cosas.
¿Has notado una evolución exponencial en el éxito del proyecto (en ventas, seguimiento, ganas de participar, interés del sector…)?
No diría que fuera una revista exitosa. Más bien se mantiene. Poco a poco procuro que sea mejor. Que los temas estén más certeros. Y conseguir mayor complicidad con los autores. Es verdad que, inevitablemente, esto hace que cada vez se mueva mejor, haya más seguimiento y propuestas para participar. Y el cariño de tus compañeros de profesión. Todo eso está bien. Pero tampoco es parte de una estrategia ni nada así. Va surgiendo según mayor sea tu apuesta.
¿Qué consejo le puedes dar a aquellos que tienen ideas que quieren emprender en el mundo de la ilustración?
No creo ser la persona más adecuada para aconsejar ya que soy un dibujante nomás. Un apasionado del medio. Y poco más. Esencialmente eso: pasión por la edición de cosas. Recomiendo muy mucho reforzar y estimular ese contacto con la edición. Conocerla y saber de sus posibles es fantástico como dibujante.