Icono del sitio Ilustrando Dudas

Entrevista al ilustrador Cristian Turdera y la ilustradora María Elina

Me gustaría saber cómo empezasteis en la profesión, sI estudiasteis, si fuisteis autodidactas y sobre todo cómo fueron los primeros encargos, como hicistéis ese proceso de empezar a conseguir trabajo.

ME: Yo trabajaba dibujando en un taller de escenografía, y al cabo del tiempo me pareció que tenía más ganas de hacer mis propias cosas que reproduciendo la obra de otros, porque no tenía un trabajo creativo. Entonces cuando decidí que yo quería ilustrar y hacer mis propias cosas, lo primero que hice fue un taller de ilustración. Luego empecé mandando mi trabajo a un montón de lugares como editoriales y revistas, y nunca recibía una respuesta. Así que empecé a hacer cosas como si me las encargaran, cosas en mi tiempo libre y que a mi me gustaban, entre esas cosas una fue hacer mi libro y una vez terminado tenía pensado llevarlo a quién le interesara, en vez de esperar a que me vinieran a buscar, porque era algo que no me estaba pasando. Así que empecé a hacer estas cosas, a mandar, y también abrí una tienda en internet, una página web, un blog, un facebook… como todos, un paquete de cosas para mostrar mi trabajo, aunque nadie me lo compraba en un principio.

Ilustración de María Elina

¿Todo esto en cuánto tiempo sucedió?

ME: De uno a tres años, aunque me parece que continúo con ese mecanismo en la actualidad. No dejé esa modalidad.

¿Cuáles fueron las primeras cosas que te salieron?

ME: Los primeros trabajos que me salieron fueron ilustración editorial, revistas, y después mi libro se publicó. Fue un trabajo en colaboración con la escritora.

CT: Yo sin embargo estudié diseño gráfico, aunque siempre tuve una relación con el dibujo. Para la ilustración, acá en Argentina hay dos posibilidades: Hay dos ramas, la de bellas artes y la del diseño. Yo nunca tuve la intención concreta en el momento de empezar de ser ilustrador, pero sí coqueteaba con esa idea. Trabajé en una empresa de publicidad ocupando todos los puestos haciendo diseño, desde ayudante del diseñador hasta director de arte. Eso durante un periodo de diez años. Al quinto o sexto año empecé a interesarme más por la ilustración, a partir de conocer a una persona en mi carrera de diseño que me daba la materia de dibujo, era Elenio Pico. Elenio Pico es un argentino que ahora vive en Barcelona y da clases allá de ilustración y dibujo, en la Escuela Italiana de Diseño en Barcelona. Él da allí clases a parte de hacer libros y trabaja desde allá. Así que básicamente fue una transición. Lo que pasó al principio es que yo volvía de la agencia de publicidad con la que trabajaba como diseñador, y cumplía en mis horas extras de seis de la tarde a diez de la noche con mis clientes, con los pocos clientes que iba consiguiendo en relación a la ilustración, que en general eran libros de texto.

Ilustración de Cristian Turdera

¿Cómo conseguiste esos primeros contactos en ilustración?

CT: Básicamente mandando carpetas, conociendo gente a través de la agencia, conociendo gente a través del taller que yo hacía con Elenio. Este fue un taller que yo hice con él durante muchos años y que funcionaba más como un lugar de encuentro en el que vos te relacionabas con gente, por lo que no había programa ni nada así, simplemente era ir los sábados ahí desde las 9 o 10 de la mañana hasta las 5 o 6 de la tarde. Ahí me crucé con gente en mi misma situación que luego se convirtieron en mis colegas, como Liniers, Pablo Cabrera… Entonces se armaba una interacción ahí que era muy rica, y sobre todo, lo que es más importante para mí porque así creo que es como se aprende el oficio, es la posibilidad que ese espacio nos brindaba de mirar como trabajaba el otro. Así que mis primeros encargos fueron libros de texto, después tuve la posibilidad de trabajar en un libro con ilustración más presente y esa forma fue mutando mientras que la ilustración le ganaba terreno al diseño, hasta que la cosa se invirtió. Terminé ilustrando y haciendo poco diseño y luego solo ilustrando. Esto en un periodo de cinco o seis años.

Entonces en tu caso tú te ibas manteniendo de tu trabajo como diseñador en las agencias para poder desarrollar poco a poco la ilustración, y así no tenías las presión de empezar rápido porque no tuvieras forma de sobrevivir.

CT: Exactamente, pero sí era consciente que tenía una necesidad enorme interior de trabajar de ilustrador de cualquier forma. También aprendí de Elenio este ejercicio que él tenía de ilustrar todo el tiempo. Ilustraba compulsívamente todo el tiempo lo que fuese, porque le quería hacer entender a sus alumnos que para ser ilustrador había que aprender a dibujar un montón de cosas que no necesariamente eran temática de monstruos o animales. Que había que abordar otros temas, más allá de que uno no vaya a usarlos, pero que sirven para el oficio. Entonces ese ejercicio de ida y vuelta en los libros de texto a mí me permitió también medir qué capacidad tenía yo de respuesta a pedidos a corto plazo.

Ilustración de María Elina

Y tú Maria Elina, en ese tiempo que tú estuviste empezando a recibir encargos y trabajos, ¿Cómo sobrevivías? Porque mucha gente se pregunta qué cantidad de tiempo le pueden dedicar hasta que les dé para vivir de ello.

ME: Cuando se me acabó lo que tenía ahorrado de mi trabajo en el teatro, lo primero que hice así como para sacar plata fue armar un calendario ilustrado y dejarlo en todos lo locales de diseño y venderlo, y así moverme, moverme, moverme

CT: Yo me acuerdo en relación a eso que el primer año que yo dejé definitivamente la agencia, yo ya estaba levemente posicionado como ilustrador porque ya había hecho algunos libros, entonces lo que hice fue empezar a dar clases en mi casa de ilustración, y el cálculo que yo había hecho era cuántos alumnos necesitaba para poder emparentar ese ingreso que yo tenía con el sueldo que yo tenía cuando yo trabaja en relación de dependencia. Entonces dejé la agencia pero tomé diez alumnos y eso me garantizaba el mínimo de ingresos que yo tenía en el trabajo anterior y a partir de ahí usar todo el tiempo restante para conseguir nuevos clientes, para seguir trabajando y para poder apuntar en la dirección que yo quería.

Ilustración de Cristian Turdera

¿Qué tipo de trabajos hacéis más cada uno? ¿Suele ser más en un mercado nacional o de forma internacional?

ME: ¿Yo qué hago más?… A nivel nacional hago editorial, pero en realidad hago más obra original orientado a galerías.

¿Aquí funciona mucho la venta de ilustración original?

CT: Funciona, en los últimos años mucho mejor. La nuestra es Galería Mar Dulce, pero también hay lugares que funcionan como galerías como por ejemplo Espacio Moebius.

ME: En realidad son tiendas que venden ilustraciones originales o prints…

CT: Después está Elsi del Río que ahora tiene la obra de Liniers. Pero en general son galerías que prestan atención a cierto mercado posible de gente que le interesa comprar ilustración.

Ilustración de María Elina

Es que en España no hay tanta cultura de compra de obra original o de prints de ilustradores, pero veo que por aquí sí se mueve bastante.

CT: Galería Mar Dulce es una de las más interesantes e importantes en los últimos años. Inclusive hace una muestra anual que se repite todos los años y se llama Sweet for my sweet , el concepto es algo así como de obras que se podrían poner en la habitación de un niño. Venta de obras de pequeño formato como puedes comprar para la habitación de tu hijo. Entonces lo que hace es reunir ilustradores, en su mayoría ilustradores que se dedican al mercado infantil, y hace una muestra colectiva de unos veinte ilustradores que funciona genial, porque son precios que te permiten comprar la obra original por el precio que compras un velador de diseño en Palermo. Entonces el concepto es gastarte lo mismo que en algo que es decorativo pero que tiene otro valor y le va a quedar a tu hijo para siempre.

¿Y el tema de trabajar en mural, en casas, en escuelas, en sitios públicos y todo eso, se da o no tanto?

CT: Se da para eventos pero no como trabajos personales directos.

Ilustración de Cristian Turdera

En España, muchos bares, instituciones, escuelas, incluso casas sí que recurren mucho a ilustradores. ¿Y en vuestra galería aceptais gente de todas partes o sólo argentinos?

CT: Aceptan argentinos y uruguayos, porque los dueños tienen una relación estrecha con Uruguay y decidieron hacerlo así.  A parte de eso tiene prioridad para los platenses (nacidos en La Plata, Buenos Aires), como una forma de ordenar. Los dueños son un matrimonio que él es artista gráfico y ella es escocesa, así que tampoco es que venga a creer en la superioridad de lo argentino.

Los trabajos que hacéis, ¿Son más para empresas de aquí o también tema internacional?

ME: Yo más de aquí.

CT: Yo trabajo más para fuera.

¿Y qué lugares son?

CT: Para el mercado francés, libros, muchos, desde hace muchos años. También con algunas editoriales grandes con las que trabajo desde hace años como Milan PresseCasterman, para ellos produzco libros de todo tipo, quiero decir, produzco libros que tienen un sentido más poético para mí como libros álbum, y también libros que están más orientados a la venta masiva, que tienen que ver con enciclopedias, más didácticos, con pop-ups, que son libros que a mí… Bueno, todo tiene un interés, en éstos el interés es la gran edición que hacen ellos, cómo imprimen, porque son libros masivos, son libros objeto.

Después para Estados Unidos trabajo mucho para el mercado editorial, para revistas, sobre todo para revistas de negocios. Y para Argentina y para el resto del mundo trabajo mucho, por ejemplo, me han llamado para hacer una campaña de emergencia judicial en Rusia.

Ilustración de María Elina

¿Y el tema promoción y gestión es por tu cuenta o tienes algún agente?

CT: A mí me gustaría tener un agente que centralice un poco más mi trabajo, ya que lo que hasta ahora pude conseguir son diferentes agentes en diferentes partes del mundo según los mercados, y agentes que ninguno tiene una consistencia como para que yo decida quedarme únicamente con él. Uno me propone una cosa en Estados Unidos, otro en Inglaterra, después en España también Teresa Jiménez es una chica que vivía acá en Argentina y que ahora trabaja por su cuenta, y cada tanto me sale algo con ella. Pero no tengo exclusividad con ninguno, aunque con cada uno de ellos tuve al menos un trabajo importante. Entonces como que mantengo la relación, pero no son digamos agentes. Ahora me escribió un tipo en Estados Unidos que estaba interesado en hacer un libro conmigo, entonces yo llamé a la chica de portugal y le dije: “Llamalo y preguntale todo”. Y yo por ese pequeño porcentaje a mi me conviene que ella se ocupe de todo y ya ella me lo da todo filtrado, y así yo no tengo que estar contestando mails y pasando presupuestos y esas cosas. La agencia con la que yo trabajo en Portugal es Illustopia, y la chica se llama Inés.

Entonces, ¿Tú en Estados Unidos no tienes a un agente?

CT: En Estados Unidos miré a ver quién me interesaba, lo que pasa con las agencias de Estados Unidos es que tienen mucha gente todas, y una variedad estética que a mi no me convence. Por otro lado yo tengo clientes fijos en Estados Unidos, por lo que de momento no necesito de agencia allí. Estos clientes son encargos muy directos. Yo tengo contacto directo con los editores, entonces ellos me dicen: “Tenemos esta nota, ¿Querés ilustrarla?”“Sí”. Les mando uno bocetos, eligen uno, lo hago, y a la semana me mandan la transferencia. Entonces no tengo esa necesidad, pero me gustaría encontrar sobre todo gente que me proponga espacios parecidos al mío de ahora. Porque esto es para mí más interesante.

Ilustración de Cristian Turdera

Claro, porque como tu trabajas en mercados tan diferentes te interesaría alguien que te lo llevara y gestionara todo, y que tu le dijeras: “Búscame sitios para exponer”.

CT: Alguien que haga crecer mi trabajo por dónde a mí me da más curiosidad, porque sinceramente yo no puedo tomar más trabajo del que tengo. Entonces lo que me interesa es buscar cada vez trabajos de mayor calidad que me interesan más y que me los paguen mejor.

ME: Yo por ejemplo he hecho libros para una editorial nueva francesa, y además estoy haciendo otro. Pero es muy distinta la forma en la que yo consigo un trabajo, es como: “Eh, me gustaría que nos hicieras un libro, hay tanto para pagarte”; me parece que como recién estoy empezando, no hay ni espacio para la negociación, entonces es una manera más acotada. Y bueno, hice un libro que salió ahora, porque allá (Europa) creo que salen primero a las bibliotecas de las escuelas y luego salen para el mercado en las librerías.

CT: Antes de que salga el libro, ya tienen una venta hecha para el Estado.

Ilustración de María Elina

Entonces Cristian, a ti te salen los trabajos porque te contactan. ¿Y los primeros encargos fueron porque te movías tú o siempre han venido a ti?

CT: Esta pregunta aunque parece simple, en el fondo es compleja porque uno no sabe cuánto hay de cada cosa. Yo digamos, soy una persona que me he movido mucho a lo largo del tiempo, básicamente por el amor que tengo a lo que hago, entonces siempre busqué activamente aquellos ámbitos en los que quería empezar a trabajar. Lo digo en Twitter y eso genera redes. Yo siempre he mandado carpetas, he mandado mi trabajo, y desde mi punto de vista lo más importante es tener una buena web. Eso es como el abc, pero yo conozco ilustradores profesionales que aún no la tienen y eso sinceramente es una bola de nieve, porque nunca va para atrás. Siempre vas a obtener más visitas, vas a tener más gente que conozca tu trabajo.

Lo que sucede también, es que yo mal o bien he trabajado en colaboración no remunerada para muchísimos lugares durante mucho tiempo, y ésto es lo que hablamos muchas veces con Maria Elina, que ahora te va a contar la experiencia ella, pero es difícil porque llega un momento en el que dices: “Bueno, no quiero trabajar más si no me van a pagar”. También porque no es lo mismo empezar con veintipico que con treintaypico. Yo ahora soy consciente de que trabajé mucho en función de ese posible trabajo que luego iba a venir porque tenía la posibilidad de vivir de otra cosa. Aunque yo entiendo que la situación de Maria Elina es diferente, porque colabora con una revista en Inglaterra, colabora para esto y para lo otro, pero: “¿Cuándo me dan un encargo?”. Entonces hay una especie de equilibrio en eso que uno encuentra a lo largo de los años en el que dices: “Bueno, puedo hacer una colaboración gratuita pero, ¿Cuántas veces, cuánto tiempo?”.

Ilustración de Cristian Turdera

¿A ti te ha pasado mucho eso Maria Elina, te han pedido muchas colaboraciones?

ME: Sí me pasa. Y aunque sé que es para mover tu trabajo, no me gusta, me parece básicamente una falta de respeto, cuando te piden una ilustración, un dibujito como colaboración, porque nadie te garantiza que después de eso viene un trabajo. Yo creo que organizándote de otra manera te puedes armar una visibilidad sin necesidad de regalar y de participar en un montón de lugares gratis.

CT: Eso hace diez o doce años no existía, parecía más lógico juntarse entre cuatro y hacer una revista.

ME: Claro, hacer una revista u otras cosas.

Pienso que una buena forma de empezar es creando tu propio proyecto, teniendo una visión más de emprendedor que de ilustrador, y ahora mismo hay muchas herramientas, y realmente hay gente que ha creado fanzines, revistas, proyectos autoeditados, apps, o se ha montado un estudio interdisciplinar con unos amigos donde uno es animador, otro diseñador, otro ilustrador… hay maneras. ¿Qué opináis?

CT: Hay marcas grandes que basan toda su producción en la imagen ilustrada y hacen un imperio en relación a eso. Imprimen cuadernos, imprimen tazas, imprimen posters, y el ilustrador es el que menos cobra. Los contratos que les hacen son contratos totalmente salomónicos en los que se favorecen ellos, cuando eso no podría existir de ninguna manera sin el ilustrador que es el eje principal. Lo que pasa es que ellos tienen la capacidad de producción y muchas veces ahorran con el ilustrador.

ME: Pero ahora con todas las plataformas que hay puedes producir productos con tus ilustraciones sin necesidad de regalarle tus dibujos a una empresa que va a hacer tazas, porque puedes meterte en una plataforma web y hacer tus tazas.

Lo que pasa es que la inversión para hacer eso, con la distribución y tal resulta costosa.

ME: Bueno, pero están las plataformas donde vos subís tu ilustración y después hay quien se encarga de todo eso por un pequeño porcentaje, y me parece eso mejor que regalar a una empresa tu trabajo por promoción.

Mónica Weiss contaba que uno de sus libros más exitosos fue uno de los que hizo más al principio y ella ni se planteó lo de cobrar royalties, y ahora cada vez que ve que va por la edición 38 se le salta el corazón de pensar lo ingenua que fue por no negociar bien las cosas… ¿Vosotros os preocupáis mucho de la promoción de vuestro trabajo? ¿Creéis que es algo básico que hay que hacer?

CT: Yo creo que sí.

¿Y dedicáis mucho tiempo o habéis encontrado la manera de llevarlo con naturalidad y que no os absorba demasiado?

ME: Está como mezclado, no sé, estás trabajando y estás a la vez mostrando cosas. No hay otra, me parece que hay que tener al día una presencia en las redes sociales, actualizar tu página… Me parece que es importante.

CT: A mí me gusta combinar eso con algunas cosas que me gusta hacer, como que me inviten a dar una charla, o como la muestra que hicimos hace poquito en Chile en Galería Plop, pues un poco así que te inviten para contar tu trabajo, mostrarlo, y además de eso te pagan algo, y además de eso te invitan a cenar, pues está buenísimo. Entonces hay ciertos lugares donde uno va porque se siente cómodo, ciertos lugares donde uno va porque sabe que está más relacionado con la promoción que eso te puede dar, hay ciertos lugares donde uno no puede decir que no, como cuando a mí me invitaron al Pre Trimarchi, porque a veces hay cosas que son un poco de diversión y un poco de relaciones públicas con lo cual hay un poco de trabajo en ello, y no puedes decir que no, porque es un evento muy grande que te puede abrir luego muchas puertas. Quiero decir que hay lugares a los que uno va por gusto, hay lugares a los que te parece que te conviene ir, y lugares como en Chile, que es un placer, porque te invitan, te pagan, te hacen una muestra, y luego vendés.

La promoción tiene que ver con muchas cosas, tiene que ver con el ego de uno, cómo lo maneja, si a uno le gusta estar en Twitter y tener cada vez más seguidores y cada tanto ir mostrando su trabajo y las novedades. Aunque para mí hay un peligro en relación a eso que yo trato de cuidar, que es la inmediatez, que es no estar todo el tiempo mostrando lo último, sino cuidar, no estar mostrando lo que el editor aún no publicó.

Ilustración de Cristian Turdera

Sí, es una duda que muchos tienen…

CT: Yo lo pregunto. Inclusive las ilustraciones editoriales yo no las muestro hasta que no sale impresa la revista, y es algo que los editores, sobre todo los de afuera, ven y cuidan, y dicen: “Mira, prefiero que no lo muestres”.

Es lógico también, yo es que no puedo entender lo contrario, me resulta extraño que alguien antes de que salga su trabajo publicado lo lance, porque para algo te están pidiendo ese trabajo, para lanzarlo ellos. He visto que tu también estás trabajando como editor y quería saber por qué te surgió esa curiosidad y qué clase de cosas editas, si son trabajos con ilustradores que conoces, y un poco desde esa visión de editor, ¿Qué consejos les puedes dar a las personas que están empezando, para esa aproximación al mundo editorial?

CT: El primer acercamiento que yo tuve al mundo editorial desde el punto de vista del editor, fue trabajando, construyendo junto con Diego Bianchi, un editor de una editorial en la cual yo participe haciendo proyectos en los primeros ocho años de vida de la misma, y fue una experiencia muy rica, porque aprendí muchísimo. Pensá que en ocho años trabajando desde ese lado del mostrador… sobre todo las cosas que aprendí y entendí es que no se puede hacer un libro cuando no funcionan las cuatro partes principales que son: El diseño, la ilustración, la edición y el contenido. Eso es lo primero que pude entender desde dentro sobre cómo funciona. Y después editar es como un vicio, yo previo a ser Pequeño Editor ya editaba mis fanzines imprimiendolos en la computadora o previo a eso imprimiendolos en una fotocopiadora, y eso también es editar. Agarrar tu trabajo, reunirlo en algunas páginas, ponerle una tapa y hacerlo accesible, eso es editar. No creo que haya muchos más secretos.

Después de eso hay como una necesidad de editar, entonces hace poco hicimos unos libros en serigrafía para los cuales convocamos a otros ilustradores, uno de ellos es Maria Elina. Los libros los tenemos acá y ahora los vas a poder ver. También la edición es una consecuencia de las ideas que se te van ocurriendo. A mí en un momento se me ocurrió hacer unos naipes ilustrados, entonces para hacer esos naipes, que son éstos, me acerqué a una empresa que es Monoblog, entonces yo le dije: –“Mira, yo tengo la idea de hacer estos naipes, ¿Ustedes tienen ganas de producirlos?”, -“Sí”, -“Bueno, ¿Cuáles van a ser las reglas, contractualmente cómo nos manejaríamos?”, -“De tal o cual manera”, -“Perfecto”. Entonces yo me guardé la parte de la dirección de arte y la selección de ilustradores. Llamé a ilustradores que me parecían adecuados para este tipo de producto, sí son amigos mucho mejor.

Ilustración de María Elina

¿Ellos te dieron la libertad de gestionar todo eso tú?

CT: Sí, aunque fue complicado, porque no es tan simple asociarte con una marca grande.

Eso te iba a preguntar, porque yo me intenté poner en contacto con ellos para entrevistarles, porque también me gusta entrevistar proyectos o empresas que funcionan en base a la ilustración, y no obtuve respuesta alguna.

CT: Es trabe. Ellos son particulares, yo no llegué a relacionarme de manera amigo con ellos pero si puedo tener una buena relación laboral, siempre cuidando mucho la forma de contrato que se hace, siempre teniendo en cuenta que ellos no van a dejar de ser una empresa que quiere ganar dinero. Con eso y todo ahora llevamos este proyecto juntos, ahora salen cuatro versiones más, atrás salieron cuatro, una de ellas de Liniers, que con eso se va a impulsar un poco la colección. Entonces eso, tratar de ver de qué forma uno puede hacer libremente su trabajo y hacerse de respetar. Pero sí, la parte de elegir a los ilustradores funcionó bien. Trabajé con Elenio, con Kubitschek, y con Espinosa en los primeros, y ahora con Paloma Valdivia, Patricio Oliver, Liniers, y el Niño Pico.

Entonces, bueno un poco eso, poniendo la gente que a mí me interesa cómo trabaja, e insisto, eso sí, si son amigos míos mejor. O sea, que editar para mí es natural, pero porque lo he hecho con mi propio trabajo también.

Ilustración de Cristian Turdera

¿Siempre que has hecho trabajo de edición relacionado con otros ilustradores han sido conocidos tuyos, o has hecho una labor de selección de ilustradores desconocidos? ¿Y qué buscas o qué te gusta ver cuando estás viendo trabajo ajeno?

CT: En principio algo que haga funcionar al producto que estamos llevando adelante. Para buscar ilustradores para el proyecto que hicimos en serigrafía, buscamos cinco ilustradores para esta primera colección. Yo necesitaba ilustradores que pudieran trabajar en ese registro. Entonces, quería cosas que encajaran en eso y que además me gustasen, porque no es solamente el registro gráfico, sino que a mí me parezca rico desde el punto de vista estético. Para esto tenía que buscar ilustradores que pudieran resolver en una viñeta de cuatro por cuatro una ilustración que tenga un contenido rico, y que puedan variar en esos veinticuatro naypes lo suficiente como para que no sea aburrido, o que puedan encarar el tema desde lo gráfico también. Cada proyecto tiene una búsqueda predeterminada. Miro mucho en internet, pero no miro tanto comparado con Maria Elina. Ella todo el tiempo está mirando, conociendo.

ME: Hay una creencia de que si uno se muestra como un ilustrador versátil puede tener más oportunidades y tal y cual, puedo pintar, puedo hacer esto y puedo lo otro, hacer dibujos para chicos, hacer dibujos para grandes, para no tan chicos, para libros, para … me parece que no se dan cuenta de que el autor busca algo puntual, no busca a alguien que pueda hacer todo. Entonces como que eso va en tu contra y hay que hacerse consciente.

CT: A no ser que hagas todo, y lo hagas todo bien.

ME: Claro, puede ser que hagas todo, pero me parece que hay pocos casos de ilustradores que pueden hacer todo bien.

Sí, eso es algo que Pablo Auladell dejaba muy claro, por un lado pensar que tus limitaciones son tus fortalezas, pero porque en el momento en que las detectas tu camino está más claro. Y eso es verdad, que desde el principio hay que tenerlo en cuenta, no vender algo que luego no vas a ser capaz de resolver. Porque al principio eres tan ambicioso que tiras a todo y luego como salga mal…¿A ver qué haces? ¿Qué experiencia tenéis en ferias del libro y desde qué enfoque lo habéis vivido? Porque no es lo mismo ir porque la editorial con la que habéis firmado os ha invitado que ir a mostrar vuestro trabajo, tener entrevistas… y ¿Hasta qué punto os enriqueció y os sirvió para lo que es el trabajo del día a día?

ME: A Bolonia no he ido todavía. Y a la de acá sí, pero las jornadas profesionales no son para mostrar mi trabajo, aunque hay entrevistas con editores no he ido…

CT: Porque tenés que pagar.

ME: Un conocido el año pasado estuvo por primera vez y creo que no era muy atractivo.

Ilustración de María Elina

Creo que son 15 editores que están en una mesa entonces tú llevas tu carpeta y tienes 15 minutos para exponer tu trabajo. Eso para estudiantes yo creo que es una buena experiencia, un poco por sentarte ante un editor y que te de impresiones, porque no es una cosa para conseguir trabajo en principio, si no que van solamente a valorarte, darte feedback y decirte en qué nivel está tu trabajo.

ME: Si es así, yo no lo haría.

CT: Es una modalidad común.

En muchas ferias del libro lo hacen así, creo que para los estudiantes que nunca se han enfrentado a un editor, el ir sin la presión de buscar trabajo en esa feria del libro está bien.

CT: Bueno, eso me parece que es uno de los puntos interesantes. No se puede ir a la feria pretendiendo que vas a volver con un trabajo. Se puede ir a curiosear, a pasarla bien, y tenés que ser hábil pero al mismo tiempo tenés que tener suerte. Tenés que encontrar al editor que considere que tu trabajo está en el momento exacto, porque ni siquiera digo que sea bueno o malo, para lo que él necesita.

ME: Pero acá no existe el encontrar trabajo así. Lo mejor que se puede hacer acá yendo a la feria es eso, ir a visualizar a qué editorial le puede interesar mi trabajo, verlo claramente.

CT: Para los ilustradores que están empezando esto hay que decírselo, que vean dónde mandan su trabajo, porque hay lugares donde es evidente que no les va a interesar, y no porque sea malo, sino porque no es lo que están publicando, y eso inclusive es molesto para el editor, porque parece que ni siquiera el ilustrador tuvo criterio para darse cuenta que ahí no tenía que enviar.

Volviendo a lo que a mi me pasó cuando fui a una feria, que fue un caso atípico y por eso te lo cuento, justo coincidió con que Argentina fue país invitado. Como había sido país invitado llevamos una muestra que fue seleccionada especialmente para este evento. Entonces, la visibilidad que había  ante cualquier ilustrador argentino era un poco mayor que la que habitualmente se tenía. Yo decidí, a parte de ir con Pequeño Editor con la muestra y tener esa visibilidad, yo decidí no llevar una carpeta con trabajos, conociendo un poco cómo recibía el editor esas cosas, tampoco tenía un libro hecho y terminado como para ofrecer, entonces lo que decidí fue imprimirme mis folletos. Llevé como quinientos, y lo que hice fue, en todos los lugares posibles, dejarlos. Gracias a ésto obtuve a mi principal cliente de los años posteriores que fue Milan Presse. Entonces, si a alguien le podía interesar mi trabajo lo iba a ver, no hizo falta que llevara más, no hacía falta sentarme y mostrarle mis ilustraciones, no hacía falta charlar… simplemente era una muestra de que inclusive yo podía editar esto. En esta primera edición digamos que yo tenía las herramientas como para salir adelante.

Ilustración de Cristian Turdera

Claro y además así estás demostrando tu capacidad de seleccionar, de diseñar, de editar, de imprimir…

CT: De todo y con los mínimos recursos, porque el papel, el formato… todo, lo más barato que se puede hacer es esto.

Y si dejaste unos trescientos y te llamaron tres es que ya mereció la pena.

CT: Exacto, pero digamos si vos tratás de convencer… no hay nada que convencer, pero te tienes que hacer visible. Inclusive había gente que me decía: “¿Los vendés?” Y los sigo dando hasta ahora, y si tengo que hacer un objeto de promoción nuevo… Me han llamado ilustradores como José Sanabria, Cristian Montenegro: “Che, ¿puedo usar el formato ese?”, “Jajajaj, ¿cómo no vas a poder usarlo?” Es algo tan simple que parece como que tuviera copyright. No, no lo tiene, simplemente es armar un libro con cuatro dobles páginas. Es algo tan simple que parece complejo digamos. Inclusive funcionó mejor que una postal, y el editor, aunque quizás no le interesase, pero le gusta llevarse el objeto, como un regalo.

Bueno y también gracias a esto, y a que Diego Bianchi me dio una mano pienso yo, en esa feria conocí a Mónica Monachesi que es la que hace ‘Le Immagini della Fantasia’, que es una muestra muy importante en Italia, y ella me pidió trabajos que vió acá para un catálogo, y así formé parte del catálogo del siguiente año. Y así ya tenía ese catálogo, más el catálogo que hicimos para Bolonia y a partir de ahí surgieron un montón de posibilidades. Yo me acuerdo de que traje un libro de Milan Presse que me había interesado mucho y meses después me llamaron para hacer un libro de esa misma colección.

Ilustración de María Elina

Me imagino que la perspectiva de ir a Bolonia desde aquí es super compleja, organizarte para ir a un viaje tan largo, tan caro, tan… te lo tienes que preparar de una forma totalmente diferente. La gente en España recién termina, ahorra cuatrocientos euros y se va.

CT: Pero te cambia la perspectiva totalmente Bolonia. Te cambia la forma en que vos ves la ilustración. Primero que ves que hay de todo, entonces te da cierta tranquilidad porque dices bueno si lo mío no funciona en un lado podrá funcionar en otro. A mí me cambió totalmente la perspectiva, desde el punto de vista de la energía también. Es un lugar fascinante, sobre todo porque es una feria de profesionales. Van ilustradores, escritores y editores, punto.

¿Y tú Maria Elina cómo te planteas lo de ir a una feria?

ME: Yo creo que dentro de un tiempo, no sé, si puede ser dentro de un tiempo.

Para los ilustradores que empezamos es como una fase de inicio, de todos los pasitos que hay que dar, lo de ir a una feria del libro es una de las primeras cosas que haces. El problema es que la gente se va realmente con la idea de que va a salir de allí con trabajo, y no se dan cuenta de que no es así…

CT: Nosotros tenemos un poco naturalizado el tema de la feria porque tenemos una importante acá por suerte, entonces como que la feria del libro de todos los años es un lugar al que uno va y ha perdido un poco la magia de antes, porque pensás: “Bueno, yo sé que voy a la feria, la recorro toda, pero tampoco es que veo cosas tan nuevas, tampoco es que me cruzo con todos los editores… “. Entonces también todos los editores que tenemos ahí los tenemos a mano. La parte internacional de la feria nuestra no es tan grande tampoco. Bolonia siempre fue, desde hace años, el lugar a donde todos quieren ir. Se han hecho grupos de ilustradores que van todos a Bolonia, sabemos dónde parar, sabemos a quién hay que ver, y es un mito, lo de que después de ir una, dos o tres veces uno se maneja con naturalidad y consigue traerse algo de trabajo.

Ilustración de Cristian Turdera

Cambiando un poco hacia el tema del estilo, tú que desarrollas tantos trabajos y en mercados tan diferentes… De lo que quiero hablar es de ese dilema entre tener un estilo muy muy concreto, muy coherente para que sea reconocible, para que esté claro, para que a nivel comercial funcione mejor, o esa versatilidad de la que hablábamos antes. ¿Tú crees que has tenido una evolución en el estilo? Yo entiendo el estilo no sólo como la estética sino como tu lenguaje propio, el concepto, la forma, la técnica, todo.

CT: Yo creo que inconscientemente, porque no es una estrategia que uno hace.

ME: Es como difícil encuadrarlo en una intención, porque uno va construyendo a medida que va descartando lo que no puedes hacer por capacidad, o por gusto, o por tiempo, y a medida que el tiempo pasa vas incorporando lo que sí te da resultados, pero no sé hasta qué punto es intencionalmente, pero sí se que se va construyendo. Me parece que, a mi me pasó encontrar una manera más o menos identificable, una vez que descarté todo con lo que me embarullaba. “No puedo pintar con acrílico, con témpera, con acuarela y marcadores, y… bueno, pues empiezo por el lápiz”. Y ahí como que encontré, me parece, un lenguaje.

CT: A veces te lo determina la herramienta.

ME: Claro, determinado por la herramienta, por lo que podés y no podés hacer, por tratar de simplificar un poco el trabajo, pero tradicionalmente no sé si uno se plantea tener un lenguaje concreto.

CT: Inconscientemente te guías como a través de los años. Si, diversifiqué mi trabajo pero no demasiado. Yo tengo algo, y esos lenguajes se cruzan. A mí me cuesta hablar de estilo, me parece que es algo que te dice otro y después de muchos años. Como una mirada externa que puede reunir tu trabajo en cierta dirección. Pero sí, lenguajes, y lenguajes un poco determinados por la herramienta, por ejemplo la herramienta digital para mí aporta un lenguaje. Entonces en general hago dos cosas, una que tiene que ver muy concretamente con la ilustración editorial y para adultos, donde yo trabajo como muchas más texturas, con una atmósfera que está más relacionada con la acuarela, y después otro lugar donde me siento muy cómodo y es muy práctico para mí el resolver todo en vectores dentro de la computadora.

Entonces yo creo que hay como una cosa inconsciente. Yo creo que si vos encontrás una cosa personal que funcione, que vos sepas que podés resolver rápidamente, sepas que podés resolver varias temáticas con eso… el editor lo va a ver, sabe que eso funciona y te lo pide. No sé mucho más que decir, me parece como decía ella que es algo que se construye a través de las limitaciones y que se va refinando. No creo que sea premeditado porque además te aburrís. Entonces lo que hacés es ir refinando esa posibilidad agregándole cosas. Pero digamos la labor del tipo que lo hace es ver cuántos ingredientes le agrega, cuántos le deja, como ir cuidando un bonsai, cada vez le vas cortando un poquito acá, un poquito allá, le vas dando forma. Y eso va configurando la mutación que hace que no sea estático. Pero yo creo que nunca, por lo menos yo, trabajo ni en función del público, ni en función de los editores, porque me es imposible, yo trabajo para mí, y en todo caso para los colegas que yo admiro, para que les guste a ellos.

ME: El tema del estilo entonces no se relaciona tanto con una imagen estética, sino con generar una presencia de autor como ilustrador.

Ilustración de María Elina

Entiendo que eso es un poco lo que exige el mercado, y que es la presión que suelen tener los que empiezan y que aún no han descubierto ese lenguaje único. Porque puede pasar que tu más o menos tengas un lenguaje gráfico con el que te desenvuelves, pero hay tantas técnicas que te gustan que te cuesta decidir.

ME: Esa es la diferencia con el autor.

Claro, o que puede pasar un poco que por esa diversidad de registro no eres tan reconocible, pero el mercado te exige esa línea tan clara porque sino desconfía…

CT: Yo creo que eso se logra cambiar con el tiempo, pero al principio copiando, y copiás, y copiás, y copiás, hasta que en un momento… Yo me acuerdo cuando estudiaba con Elenio, que fue mi maestro digamos, la situación de que todos los demás alrededor, inclusive yo, inclusive él, que yo estaba dibujando parecido a él, y todos estaban preocupados por eso, menos él y yo, todos estaban preocupados por eso: “Pero ché, vos estás haciendo lo mismo que Elenio, y esto que hiciste en un poco lo de Elenio”, “Ché, y voy a seguir haciendo lo mismo que Elenio”, y él me decía:  “Ya lo vas a saltear y vas a ir refinando hacia otro lugar”. Hoy en día hacemos cosas completamente diferentes. Entonces, también está la tranquilidad que te da la persona que para vos puede ser tu mentor.

Es que esa figura es muy importante, y la gente no siempre tiene la opción de tener un mentor.

CT: Normalmente no, y es una pena porque es importante pero se va perdiendo.

A mi me encantaría crear y facilitar esa posibilidad a través de ID… crear una conexión entre ilustradores que empiezan e ilustradores experimentados que quieran hacer de mentores.

CT: Yo no concibo cómo habría sido mi carrera sin alguien así, no lo concibo, no lo entiendo, me parece que no hubiera sido ilustrador, me parece que hubiera hecho otra actividad. Entonces me parece que hay como una cuestión de sobretodo, insisto, en el oficio lo más importante es ver cómo lo hacen, no que te lo cuenten, no practicar, no desarrollar técnica, inclusive te digo que para mí la técnica es lo de menos. Para mí la técnica, evidentemente podé ser mejor o peor, pero si vos practicás vas a aprender a dibujar, y si vos practicás vas a aprender a ver cómo funciona un collage, o a usar una tinta china o a hacer un grabado. El tema es lo que vos tenés para decir, cómo lo queréis decir, y para qué lo queréis decir. Yo siempre fuí consciente de que yo quería ilustrar porque a mi me interesa… no ser un artista de la ilustración, que eso es una cosa que luego empezó a pasar naturalmente, a mí me interesaba trabajar de ilustrador, y trabajar con la mayor cantidad posible de clientes, trabajar la mayor cantidad de opciones en relación al mercado, relacionado con el pop también, productos que lleven cosas… Eso es siempre lo que yo quería, también tener claro cómo uno se ve trabajando en eso es una visión que clarifica el camino.

Un día recibí un libro de los que había hecho, porque todo el tiempo estaba trabajando, y yo le pregunté a Elenio sí le gustaba cómo quedó, y él me decía: “Uno más”. Lo que para él significaba ese libro, no importaba tanto si era el mejor libro que había hecho o el peor, lo que importaba era que significaba un escaloncito más en lo que él amaba, que era ilustrar. Otro libro más, otro más, otro más, y cada tanto en esos intermedios salía algo de lo que estaba orgulloso, pero probablemente no fuese un libro, probablemente fuese una muestra que organizara, probablemente fuese una serie de algo. Entonces uno engancha entre todo ese trabajo que es con el que uno se gana la vida, y es una muy grata forma de ganarse la vida, otras cosas que realmente te dan satisfacción. A veces te dan dinero, a veces satisfacción y a veces ambas.

Ilustración de Cristian Turdera

Claro, es que hay muchas cosas que cuadrar para que funcione tu carrera, la verdad es que es complejo. Bueno, y el tema de convivir como profesionales, y convivir como colegas, ¿no os matáis?

CT: A mí me encanta que ella sea ilustradora.

¿Os conocéis de antes de que tu decidieras empezar este camino Maria Elina?

ME: Nos conocíamos de antes, pero nos reencontramos cuando yo empecé a estudiar e hice el taller de Mónica, entonces yo estaba como empezando a buscar por ahí y él era ya un ilustrador…

CT: Yo estaba haciendo una muestra con Cristian Montenegro, y Mónica recomendó en su taller ir a verla. Bueno nos conocimos y nos encontramos, pero a mí me encanta porque a mí la ilustración, la muestra, los dibujos, la gráfica, los personajes… no me cansa nunca. A mí me gusta hablar de eso, como soy curioso, entonces me encanta que ella comparta esos intereses conmigo, y sobre todo hay una cuestión, no hay tanta gente que me conmueva desde el punto de vista de la ilustración, aunque debe de haber muchos que yo no conozco, pero yo creo que ella es realmente buena, entonces también eso hace que seamos más compatibles trabajando, aunque hacemos cosas muy diferentes, yo lo que hace ella no lo podría hacer nunca. Y también a mí me pone el foco en otro lado, porque ella tiene una forma de llevar su carrera, que no sé si es opuesta, pero si bastante diferente a cómo la llevo yo. Ella tiene un criterio de selección de su trabajo, sabe hacia dónde va, lo que quiere hacer, yo soy más kamikaze, me meto en casi todo, entonces eso a veces también ayuda, me encanta, después el espacio y todo eso… jajajaj, es otra cosa.

Ilustración de María Elina

Supongo que también hay momentos que uno necesita soledad, y yo creo que a veces conviviendo eso puede resultar difícil, ¿o lo lleváis bien?

CT: A veces es difícil, a veces no. También compatibilizamos todo porque tenemos tres niños, uno mío, uno de Maria Elina, y otro de los dos. Entonces tenemos que compatibilizar todo, no es simple, yo si fuera por mí trabajaría 24 horas por día.

Claro, la verdad es que cuando te sientes tan a gusto con tu profesión no es tan difícil.

CT: No es tan difícil, pero al mismo tiempo es difícil cortar, y es difícil estando en la misma casa y qué se yo.

¿Y el tema de compaginar niños con el espacio y con el trabajo?

CT: Los niños están en la escuela, por suerte están en la escuela.

ME: A las cuatro y cuarto cuando salen de la escuela yo ya corté, estoy aquí relajada. Pero Cristian sigue trabajando hasta las siete, pero nos organizamos para que los chicos hagan sus actividades, llevarlos al monte. Pero además lo que hacemos para ellos es atractivo, entonces están acá si estoy dibujando: “Mamá, ¿qué estás haciendo?, yo también quiero.” Y se ponen a dibujar, pero yo no puedo trabajar si están ellos.

CT: Muchos de los clientes o encargos que yo tengo son más mecánicos, entonces sí puedo estar trabajando con el ordenador.

Sí, es cierto, la técnica en el ordenador es muy mecánica cuando ya está claro el concepto y la composición.

CT: Hay que dibujar veinte personajes en diferentes posiciones, lo hago. A mí me gusta esa secuencia, me gusta, aunque por ahí me cansa por momentos, pero bueno, es como parte del asunto.

Claro. Bueno, y un poco para rematar, ¿Qué consejos le daríais, tanto desde tu perspectiva como la tuya, a los que están empezando para caminar mejor o enfocarse mejor su trabajo?

ME: Para mí lo más importante es no dejar de hacer cosas, y estar consciente del contexto, es decir, saber en qué lugar uno está con respecto de los otros, con respecto de los que trabajan, de los que ya llevan mucho, de los que recién empiezan. Tener criterio. Tener siempre eso en mente, para saber dónde uno está parado de verdad. Ponerse en un contexto, ponerse entre los otros es importante para mí. Ver el trabajo propio entre todo lo que hay te da una perspectiva, una imagen de hacia dónde tenéis que ir, cuánto te falta como para estar a la altura, qué es lo que hay. Me parece que eso es importante porque uno está en su casa dibujando y piensa que es una injusticia que nadie lo llame, y vives en una burbuja y no te das cuenta.

CT: Para mí puede ser lo mismo que para Maria Elina, y un poco tratar de disociar el amor que puedes llegar a tener por la ilustración, del oficio, tratar de disociar eso. Un ilustrador no es simplemente ese tipo que va a firmar libros, y que va a una charla y que va un montón de gente a verlo. La figura del ilustrador en los últimos años ha cobrado mucha notoriedad.

Hay una cosa muy llamativa que es lo que yo veo en algunos ilustradores más jóvenes o de cierto renombre, y tiene que ver con atribuirle cierta cuestión mágica al talento: “Yo estoy acá porque tuve suerte o porque…”; y si vos te pones a revisar la carrera de esas personas, son personas que han trabajado mucho para llegar a ese lugar. Entonces yo, inclusive en las charlas que doy en la universidad o en algunos lugares, comienzo con una verdad, y es que probablemente a la altura de la carrera de todos los ahí presentes, yo era mucho peor. Yo no me atrevo a mostrar mis primeros trabajos porque son realmente malos. Si vos trabajás, es muy difícil que alguien sea tan malo como para que trabajando y esforzándose no pueda llegar a un estándar normal como para trabajar y ser parte del oficio, como del engranaje del oficio de la ilustración. Probablemente no salgas en las revistas rodeado de chicas, esto le pasa a algunos nada más.

Ilustración de Cristian Turdera

Ahora, vender el mundo de la tendencia es algo que genera dinero, entonces también por ahí se mueven estrellitas porque el entorno se lo hace creer.

CT: El oficio es estar ahí y entender que la verdadera función es que más allá del resultado estético que puede ser más feo o más lindo, es comunicar, no hay otra vuelta. Estás comunicando una idea que se desarrolla a través de un libro, estás comunicando una idea en la publicidad para que eso funcione de tal o cual manera, estás comunicando un estado de ánimo o una atmósfera para que el que esté tomando el té se sienta de determinada manera cuando está tu dibujo ahí. Entonces todo tiene que ver con la comunicación, vos tiene que ser muy consciente de eso al elegir la herramienta de la ilustración, porque es una herramienta más de la comunicación, no hay mucha más vuelta, es bastante más sencillo de lo que parece.

Si vamos veinte años para atrás, vemos que los ilustradores no sabían quién era quién. Imprimían la personalidad desde el anonimato. Entonces vos tenés que centrar toda esa intención, de estar contando algo propio, tuyo, pero ahí, no lo tenés que centrar en vos sino que tenés que centrarlo en lo que estás haciendo, en tu trabajo, y ahí también estás comunicando una idea, estás comunicando una opinión, pero me parece que más centrada en el trabajo.

También es verdad que actualmente muchas veces te buscan por ti, por tu nombre más que por…

CT: Para que sepan que lo estás haciendo vos. Y además hay otro tema, muchas veces yo considero que esto que llamamos estilo, que yo digo lenguaje y en internet puede aparecer como otras cosas porque es una cuestión semántica nada más, yo creo que hay mucho del estilo en la forma en la que comunicás una idea.

ME: A eso me refiero, yo voy muy en contra del trabajo por el  trabajo, no puedo responder a un montón de encargos muy complicados y de muchas cosas, cojo lo que me parece adecuado, y eso también me achica el campo de trabajo, pero a mí me parece más interesante así. Para mí es una cuestión de constancia.

CT: En la resolución de una ilustración te das cuenta de la forma de pensar, porque forma parte de tu estilo. Porque si yo le doy una idea a ella o ella me da una idea a mí, muchas veces no es compatible, porque ella no dibuja eso, ni de esa manera, ni lo entiende así. Los elementos que vos ponés forman parte de tu estética y también la forma en que pensás comunicar esa idea.

ME: Por eso no hay un único camino. Y eso es lo que convierte a la ilustración en una profesión tan interesante.

Ilustración de María Elina

Entrevista realizada en persona, grabada y transcrita posteriormente. Año 2013.

Cristian Turdera

Nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1973, es ilustrador y diseñador, y combina las dos disciplinas sin poder disociar una de otra.  Ha publicado más de 20 libros, entre los más importantes se encuentran “Canción decidida”, con textos de David Wapner, (Pequeño editor Argentina, 2003), “La Reina Mab, el hada de las Pesadillas”, sobre textos de William Shakespeare adaptados por Ruth Kaufman (Pequeño editor, Argentina 2007) y “Bobos” y “L´abecédaire” des super-héros, ambos con textos de Agnès de Lestrade, (Éditions Milan, Francia 2008 y 2009, respectivamente), entre otros.  Trabaja actualmente para agencias de publicidad, revistas, diarios y editoriales de todo el mundo.

Portafolio Web

María Elina

Nació en Buenos Aires en julio de 1975. Su aprendizaje estuvo siempre ligado a las artes visuales, acabó la carrera de Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires y complementó sus estudios con diversos talleres y proyectos relacionados a la fotografía, las artes plásticas, la escenografía y la ilustración. Actualmente apuesta por trabajar a su ritmo, en los proyectos que la ilusionen y muevan las entrañas, en los que crea de verdad.

Portafolio Web

Salir de la versión móvil