Icono del sitio Ilustrando Dudas

Entrevista a los ilustradores Andrés y Sonia del Estudio Squid & Pig

¿Cómo empezó vuestra formación en esto y cuándo montasteis el estudio como Squid & Pig?

Andrés: Nosotros trabajando profesionalmente llevamos desde 2013, son cuatro añitos, aunque realmente Squid & Pig lo hicimos de manera amateur a partir de 2009, porque nos gustaba dibujar.

Sonia: Al principio era más como un hobby que hacíamos durante nuestro tiempo libre. Teníamos nuestro trabajo cada uno y en nuestro tiempo libre pues lo dedicábamos a Squid & Pig, de manera que poco a poco fue creciendo y se fue comiendo nuestro horario laboral real. Entonces a partir de ese momento, primero Andrés y al año siguiente yo, comenzamos a dedicarnos en exclusiva a Squid & Pig.

Andrés: Aunque Sonia siempre estuvo trabajando en ello, el primer año empecé dedicándome yo en exclusiva sin que ella dejara su otro trabajo, sobre todo para ver cómo funcionaba. Yo vengo del mundo del diseño y la publicidad, por lo que la ilustración era un poco ajena para mí.

Andrés, tú que empezaste full time, ¿tenías ahorros o cómo lo planteaste?

Andrés: Sí, nosotros ya llevábamos un tiempo antes del 2013 hablándolo, porque nos habían entrado de forma amateur ciertos clientes, nos iban entrando y pidiendo presupuesto, y nosotros siendo amateur no podíamos darles servicio. Podíamos hacer algún trabajito, pero un trabajito de ilustrador leve. Entonces nos planteamos dedicarnos de manera profesional, y al coincidir que yo ya había quemado mi fase de publicidad, pues quise dar el paso. Nos cubrimos un poco las espaldas económicamente por lo que pudiera ocurrir, pero era sobre todo tener las cosas claras y lanzarse.

Sonia: Y nos salió bien, de hecho cada vez mejor, por eso yo decidí también a dedicarme a tiempo completo. Nos lanzamos pero a la vez éramos realistas, nos pusimos una meta y dijimos que si llegaba tal fecha y veíamos que no tiraba, pues tendríamos que plantearnos otra posibilidad, pero por fortuna todo salió bien.

Andrés: Todo estaba estudiado desde la óptica de un tiempo de prueba, para analizar en X meses cuántos clientes entraban, y qué presupuesto necesitábamos que entrase más o menos para poder mantenernos… Es decir, que en eso fuimos realistas, vimos que había un nicho que podíamos abarcar, pero teníamos que ver si era real, si ese nicho existía y si había un hueco para nosotros.

Sonia: Sí, porque de hecho a día de hoy seguimos haciendo reuniones cada tres o seis meses para hacer balance de la situación, y ver si podemos mejorarlo o cambiar en lo que sea necesario.

Andrés: Tú piensa que nosotros al venir de otro lado que no era el mundo del dibujo teníamos que analizar todo bien para saber si había hueco o no. Esta es una cosa que se ha mantenido y con la que continuamos, que es auto-evaluarnos, auto-estudiarnos a nosotros y al mercado que hay.

Me parece genial. Yo considero que es imprescindible tener esa visión más empresarial de nuestro trabajo, porque siempre los ilustradores y los creativos tienden a irse por el lado bohemio, que suele ser el del artista que no piensa en la parte del dinero, de la empresa, de construir algo sólido. Por eso os elegí a vosotros, porque considero que habéis encontrado un buen equilibrio.

Sonia: Es que la parte de dibujar bien es muy importante, evidentemente si tú no dibujas bien no te puedes dedicar a esto, pero lo que no puedes descuidar es la parte profesional de la comunicación con el cliente, la gestión interna de tu trabajo… Sin eso, por muy bien que dibujes, no te puedes dedicar a esto al 100%.

Andrés: Nosotros cuando hacemos nuestra presentación decimos que somos un estudio de ilustración porque no llegamos a ser artistas. Nosotros enfocamos nuestros proyectos siempre desde un lado muy del diseño, porque es de donde procedemos y tenemos una estructura más de diseñadores gráficos. Entonces el lado este que aparece cuando entras en el mundo de hacer obras de arte o del artista donde hay un poco de ego, en nosotros no está tan marcado porque venimos de otro sector profesional. Al menos podemos verlo desde otro ángulo y saber si usarlo o no usarlo, pero intentamos no caer en ello.

Es que si quieres vivir de ello… esto es una profesión, y como tal te lo tienes que tomar. No como un hobby, porque cualquier profesión tiene esto, tienes que estudiarlo y tienes que ver que sea viable, eso es lo primero. Y sin estudiar ni comprender este lado más técnico… pues no lo estás tratando como un trabajo, es simplemente una afición.

Entonces vosotros desde que os planteasteis poneros como estudio, ¿teníais claro a qué mercados os queríais enfocar, sabíais de manera clara cómo funcionaba la profesión o también fuisteis aprendiéndolo y descubriéndolo por el camino?

Andrés: Nosotros desde un principio sabíamos más o menos por dónde queríamos ir, pero es verdad que íbamos bastante perdidos, porque estábamos en un sector que no controlábamos, un sector que nos era desconocido, no sabíamos los caminos que podíamos recorrer con Squid & Pig. Lo que pasa es que lo bonito de ser ilustrador o dibujante, es que la comunidad es muy amplia y muy abierta.Teníamos bastantes contactos en el mundo de la ilustración, así que durante el primer mes y medio o dos meses nos dedicamos a preguntar mucho abiertamente: “¿De esto se vive? ¿Qué formas hay para vivir de ello?” editorial, prensa, interactivo, animación, cómic… Ver todas las posibilidades, ver si las que nosotros queríamos eran viables o no, si había un camino, y lanzarse.

Sonia: Yo creo que antes que elegir un mercado hacia el que dirigirnos, teníamos tan claro lo que nos gustaba hacer que nos centramos primero en el estilo de nuestro dibujos, y a raíz de lo que nosotros creábamos fue como nos llegaron los clientes. Nosotros dijimos: “Vamos a ir al mercado internacional, o vamos a ir al mercado nacional”. Nosotros hacíamos lo que hacíamos y a raíz de eso nos llegó el feedback de los clientes, y por ese motivo, nuestro estilo en España, el estilo kawaii, no se entiende tanto, así que nos enfocamos más hacia el mercado internacional.

Andrés: También nosotros tenemos más claro lo que no queremos hacer. Supongo que yo al venir de publicidad, había pasado la fase de los veinte años de saber lo que quiere y no quiere el cliente, y esto nos ha llevado a tener claro qué cosas no podíamos permitirnos ya si lo queríamos llevar a un nivel profesional. Y eso hace que a veces clientes de fuera sean más accesibles que clientes españoles, que no estoy diciendo que sean malos los clientes españoles, pero quiero decir, que no estaban dentro de nuestro baremo de nivel de trabajo.

Al enfocaros primero en desarrollar vuestro estilo y vuestras ilustraciones, ¿Dedicasteis un tiempo a crear el portafolio, contenidos, etc, etc y luego ya os fuisteis dando a conocer, o cómo lo hicisteis?

Andrés: El tema es que como en 2009 empezamos ya de forma amateur, nosotros teníamos un bagaje de trabajos propios en los que mostrábamos nuestro estilo o andábamos buscando lo que nos gustaba hacer, entonces a partir de ahí pudimos mostrar algo de lo que teníamos. Lo que ocurre es que cuando ya nos lo empezamos a tomar de manera profesional, cada nuevo trabajo que salía era como la carpeta de presentación de Squid & Pig, así que hacíamos una pequeña base y luego ya cada nuevo trabajo que entraba o incluso trabajos personales más profesionales, más enfocados y pensados, los íbamos incluyendo. Hay trabajos personales pero que son enfocados de manera totalmente profesional, estructurándolos como si fueran un trabajo real, de esta manera nos enfocábamos hacia ciertos caminos que queríamos abrir.

¿Durante los años que lleváis como estudio habéis seguido formándoos en ilustración, lo consideráis importante, o una vez que empezasteis a trabajar la propia experiencia profesional os ha ido enseñando?

Andrés: Nosotros normalmente aprendemos con cada nuevo trabajo. Como siempre estamos con varios clientes a la vez, el propio trabajo nos obliga a ir aprendiendo sobre la marcha. ¿Que nos entra un cliente con una necesidad? Pues nosotros hacemos el trabajo e intentamos meter algo nuevo o algo que nos ayude a mejorar. En esta profesión siempre vas a estar aprendiendo y estudiando. No hay día que pares de aprender, ya sea por herramientas o por recursos o por comunicación, pero vas a estar aprendiendo. Luego yo creo que la parte técnica es la que más nos cuesta porque por ejemplo tienes que aprender nuevos pasos del Illustrator, si tienes que entrar dentro del After Effect… así que técnicamente siempre estamos en constante aprendizaje y en estilo creo que evolucionamos según el trabajo.

Sonia: Es más por curiosidad propia el decir: “Quiero aprender a hacer animaciones”, entonces nosotros de forma autodidacta cogemos el programa After Effects o el Premiere y aprendemos, y así poco a poco hemos ido conociendo diferentes técnicas que podemos aplicar a los clientes, pero ha sido en plan usuario aquí en casa.

Andrés: En plan tutorial, lo que todos hacemos de un tiempo a esta parte. Lo que no significa que llegado el momento tengamos una necesidad y tengamos que hacer un curso o hacer algo que nos ayude, pero por suerte cuando hemos tenido dudas, siempre que hemos hecho un llamamiento en las redes sociales, cualquier compañero nos ha resuelto el problema.

El tema de aprender de manera autodidacta me parece genial. Es verdad que hay ciertas bases y tal, pero ¿qué más da aprenderlo a través de un libro que a través de un curso o una carrera, o de un compañero que te lo está explicando? Lo guay es que en ilustración la manera de aprender es muy abierta.

Sonia: Evidentemente no puedes quedarte obsoleto, tienes que seguir investigando, aprendiendo y formándote, ya sea por ti mismo, haciendo cursos o como sea. En esta profesión no te puedes quedar quieto.

¿Cómo organizáis el tema del reparto de tareas? ¿Desde el principio habéis dejado claro qué hace cada uno?

Sonia: Pues básicamente las cosas principales, como son ilustración y comunicación online, nos dedicamos los dos por igual, lo único sería la parte administrativa, que me encargo yo pero por voluntad propia, no he estudiado nada, ni tengo ninguna formación profesional, pero es una cosa que siempre me ha gustado, así que yo soy la que se encarga de hacer las cuentas, de hacer las facturas y del rollo burocrático en general.

Andrés: A mí los números no se me dan nada bien, y en eso Sonia tiene bastante más control.

Sonia: Y la parte de ilustración, trabajo y comunicación, como te digo, redes sociales… eso ya es un 50%.

Andrés: Ya nos ha ocurrido muchas veces de que cuando estamos revisando bocetos o cosas dudamos de cuál de los dos ha hecho qué en cada proyecto: ¿Esto, lo hiciste tú, lo hice yo, fue una fusión de los dos? No sabemos diferenciarlo bien porque siempre ha sido un trabajo común.

Sonia: En general no hay ningún trabajo que lo haya hecho uno de los dos al 100%, sino que lo hace uno, el otro le aconseja, le pregunta, y al final acabamos los dos involucrados en el proyecto. Por lo general no existe ningún proyecto que haya hecho solamente uno de los dos.

Me parece super interesante porque también os permite muchísima flexibilidad a la hora de compaginar clientes y demás, porque os podéis poner cada uno con una fase de cada encargo, así que supongo que eso os ayuda también a ser más ágiles.

Andrés: Si, totalmente, porque así uno más uno no son dos, son tres. A lo que me refiero es que dos personas juntas trabajando sacan más que dos individuos trabajando por separado. Aunque hemos de reconocer que no somos excesivamente rápidos ejecutando proyectos, porque somos ilustradores vectoriales y el vector algunas veces es lento para algunas cosas. Pero dentro de los límites de lo lentos o rápidos que podamos ser, pues somos eficaces, normalmente hasta nos adelantamos a los plazos.

Al venir de disciplinas diferentes y tener backgrounds distintos, ¿cómo os ha ayudado eso a la proyección de vuestro estudio y de vuestro trabajo?

Sonia: La base que tiene Andrés en publicidad y marketing nos ayuda bastante, y mi background no está directamente relacionado con la ilustración porque yo estudié derecho laboral.

Andrés: Lo bueno es que como venimos directamente de otros lados, que no es la ilustración, siempre dudamos de si las cosas están bien o mal, y eso nos hace ojear el mundo de la ilustración desde un enfoque diferente, no damos nada por hecho, lo cual tiene cosas buenas y cosas malas, pero para mí es bueno porque no nos encasillamos. Siempre vamos a estar ojeando qué se está moviendo para tener otro tipo de influencias, y esto al cliente siempre le resulta interesante. A nosotros esto nos diferencia del resto.

Al tener un planteamiento tan particular a la hora de abordar los encargos, me gustaría saber cómo es vuestro sistema, porque considero que es un tema muy importante que los ilustradores novatos a veces olvidan, hasta que se estrellan y se dan cuenta de que esa es la causa de que tengan un mal trato con los clientes o hay problemas.

Sonia: A nosotros nos gusta, cuando hablamos con el cliente, dejar las cosas muy claras desde el principio. Hay veces en las que el cliente te dice directamente desde el principio lo que quiere, pero son los menos casos, por lo general él te da una idea vaga de lo que está buscando, te plantea su negocio, entonces tú tienes que ir claramente y punto por punto aclarando cuáles son sus necesidades. Entonces nosotros le decimos cuáles podemos cubrir, en qué tiempo y a qué precio. Pero sobre todo lo importante es dejarlo todo muy claro antes de empezar a trabajar, y una cosa a la que nosotros le damos mucha importancia y se lo hacemos saber al cliente, es nuestra forma de trabajar, nuestro proceso.

Nuestra forma de trabajo es ir planteando los bocetos, se los enviamos, y una vez que están aprobados pasamos ya al trabajo vectorial, de colores y tal, y lo más importante para nosotros es que hasta que no se realiza el pago, nosotros no damos el trabajo. Eso tiene que quedar claro desde el principio para que después no hayan sorpresas. A no ser que sean clientes más grandes y te marquen ellos los plazos y demás, como Google. Pero en ese caso te puedes fiar de ellos porque son empresas grandes y no suelen haber problemas. Es muy importante que la comunicación con el cliente sea clara y directa, no tenemos que tener miedo de decir nuestras condiciones, porque si no nos respetamos a nosotros mismos quién nos va a respetar.

Andrés: Además piensa que los ilustradores tendemos siempre a lo mismo, que te pidan algo y que contestemos directamente con el precio, y no, no funciona así, hay mucha fase antes de dar presupuesto, porque es muy importante detectar y entender punto por punto las necesidades de una parte y las posibilidades de cubrirla por la otra.

Sonia: Para que no haya sorpresas. Por eso todo lo hacemos a través de email. Y si quieren más, pues el presupuesto aumenta o se renegocia.

Andrés: Al principio siempre puedes tener fallos y vas aprendiendo, porque hay muchos factores que influyen: La tipología de cliente, el tamaño que tenga el proyecto…

Yo siempre les recomiendo a mis alumnos que cuando los clientes son pequeños o medianos, o que no tienen la costumbre de trabajar con creativos de manera habitual, que seamos los ilustradores los que llevemos la batuta de una forma muy clara a la hora de negociar las condiciones, de preguntar… porque así ellos te van a respetar más y van a confiar más en ti. Me pregunto si vosotros al proyecto le adjuntáis algún tipo de mini brief donde explicais el desarrollo y las condiciones del encargo.

Sonia: Posiblemente deberíamos tenerlo, deberíamos tener una plantilla para presupuestos, una plantilla para dejar claras las condiciones… Pero a nosotros hasta el momento lo que nos funciona es ser directos con el cliente e intentar ser cercanos, entonces nosotros lo dejamos siempre por escrito pero de forma independiente para cada cliente. Nosotros lo escribimos en el email y así es como hacemos la comunicación.

Andrés: Si, vía email. También piensa que nuestro cliente normalmente es de fuera, entonces al ser de fuera, él ya ha hecho todo el trabajo para llegar a nosotros, me refiero a que no es lo mismo un cliente español que por lo que sea ha caído en ti, que alguien que ha tenido la necesidad de buscarnos a nosotros, que ha salido  de los ilustradores de su país para llegar a nosotros y ver nuestro trabajo. Entonces toda esta fase es como si fuera un filtro que hace que el cliente que nos llega desde fuera ya normalmente sea profesional o de un perfil alto. Nosotros cuando vemos que hay algún trabajo que no podemos abarcar decimos rápidamente que no, y le aconsejamos al cliente que busque a otro profesional que se ajuste más a sus necesidades. Pero en general tenemos suerte porque los clientes que nos entran ya vienen con la profesionalidad de saber que todo va a ir por escrito.

Yo creo que no es suerte, sino que vosotros habéis ido también generando ese filtro, aunque me pregunto si desde el principio fuisteis así o sí al principio os costaba decir que no.

Sonia: Por supuesto que nos costaba, de hecho al principio nuestros presupuestos eran mucho más bajos por miedo a perder al cliente, le decíamos a todo que sí, que lo que él quisiera, pero tienes que llegar a un punto en el que trabajas para clientes más grandes, que son ellos los que te ponen el precio y te das cuenta de que tu trabajo vale más de lo que tu pensabas, y cuando ya tienes un poco de seguridad sobre lo que vale tu trabajo pues ya lo puedes transmitir, porque claro el cliente tiene que creerse lo que tú te crees. Entonces llegó un punto en el que pudimos desechar clientes que teníamos fijos porque cobrábamos muy poco.

Andrés: Y creemos que es mejor así. Nosotros llegado el momento nos dimos cuenta y pudimos decidirlo así en la práctica: Menos clientes pero más presupuesto en vez de muchos clientes con poco presupuesto. De este modo vas mucho más desahogado, puedes centrarte mucho más en el trabajo y puedes realizarlo mejor. Es mejor que durante un tiempo a lo mejor no tengas de seguido 5 o 6 clientes a la vez, es mejor tener uno porque ese uno abarca a los cinco, vas a estar mucho más centrado, la calidad va a ser superior…

Lo que pasa es que el miedo a quedarte sin trabajo siempre está, pero tienes que intentar enfocarlo de esa manera, sino entras en la dinámica de minitrabajos que lo que hacen es quitarte tiempo, que no te dejan enfocarte bien en los otros proyectos, no te dejan crecer… Si te gusta esa dinámica pues bien, si te gusta la dinámica de muchos proyectitos pequeños que no te dejen tiempo, perfecto. Pero nuestro tiempo es oro, cada minuto, cada hora que trabajamos tiene que ser lo más eficiente posible, entonces para eso necesitas proyectos de una media más alta, y poco a poco. Ojalá tengamos proyectacos de estos que valen un montón de pasta y cada vez más.

Sonia: Pero es que claro que al principio es normal hacer todo lo que quiera el cliente y aceptar presupuestos bajos, es la experiencia lo que te enseña, es un proceso normal.

Andrés: En nosotros lo bueno de ser dos es que cuando nos entra un proyecto lo que hacemos es escribir cada uno el precio por separado, lo que le gustaría cobrar a cada uno por ese proyecto, el precio mínimo por el que cada uno cogería ese proyecto. Entonces lo ponemos en común y vamos viendo cómo llegar a un punto intermedio, y ya presupuestamos lo que entra dentro del precio, si el cliente quiere bajar, subir o lo que sea pues ya sabemos donde están nuestros límites, y si lo que el cliente quiere sobrepasa nuestro límites, no nos metemos.

Sonia: Nosotros recomendados poner un precio con el que estés súper súper a gusto y preguntarle abiertamente al cliente qué le parece. Primero no pidas lo mínimo por lo que estarías dispuesto a hacerlo.

Andrés: Más que nada porque siempre te cuesta más realizar el trabajo de lo que piensas en un principio, y sobre todo al principio.

Muchos ilustradores novatos se preguntan si de verdad hay un margen de negociación. Porque a lo que todos le tenemos pánico es que tu des un precio así, que no sea el mínimo que estarías dispuesto a cobrar, y que el cliente huya despavorido, para mí es obvio que si el cliente huye entonces no es tu cliente ideal, no merece la pena. ¿Habéis conseguido tener con muchos clientes ese margen de negociación?

Sonia: Por lo general, a las alturas que estamos hoy en día, sí. Aunque desde luego que hay clientes de todo tipo, algunos lo quieren todo muy a su manera, normalmente de una forma poco realista, y por tanto la comunicación es muy difícil, hay otros que al mandarles nuestra propuesta de precio ni siquiera se toman la molestia de contestar para decir que no están interesados. Pero si el cliente de verdad está interesado en tu trabajo porque ha llegado hasta ti, porque ha visto tu portafolio, seguro que se va a parar a negociar o al menos a responderte.

Andrés: Nosotros en la fase inicial de fijar las necesidades podemos ver ya de qué palo va el cliente. Ahí vemos cómo es el cliente, si es adecuado trabajar con él o no, si puedes fiarte…

Sonia: También tienes que demostrar al cliente tu nivel de profesionalidad, para que te tome en serio.

¿Tenéis alguna anécdota de meter la pata al empezar?

Sonia: Gorda, gorda en plan mal nunca nos ha pasado. Yo sé que hay mucha gente que ha tenido malas experiencias de entregar trabajos y no cobrarlos, o de perder al cliente a mitad del trabajo, pero es que claro como nosotros dejamos las cosas muy claras desde el principio y no damos el trabajo a no ser que nos paguen, pues nunca hemos tenido ese problema. Hemos tenido problemas tontos del tipo errores en la traducción. Ahora me acuerdo de un cliente chino con el que no llegamos a nada porque él no hablaba inglés y yo evidentemente no hablo chino, así que fue todo medio absurdo. Fue una semana de dolor de cabeza para intentar comprender y hacerme entender… y al final lo dejamos porque era imposible. Pero así de una mala experiencia de la que aprender para no repetirlo jamás en la vida, por suerte no hemos tenido.

Andrés: Yo creo que lo que ocurre es que antes de que las situaciones lleguen a ese nivel, nosotros decimos que no. Como el cliente tiene que pasar ciertos filtros nuestros antes de empezar a hacer el trabajo, el cliente que nos la va a colar se cansa antes de poder llegar a ese nivel.

Sonia: Lo más gracioso que nos pasó fue un cliente de esos que te dicen: “Quiero esto a este precio”. Quería que le diseñáramos un personaje de aventuras para hacer pen drives y el cliente no tenía claras las cosas, entonces yo le hice una redacción de todo lo que nos había pedido para intentar clarificar un poco sus necesidades, y el cliente dejó de contestarnos, y luego de repente ese mismo día nos entró un amigo consultándonos qué podía hacer con un encargo de un cliente ¡y resultó ser el mismo cliente, que le había pasado el briefing que yo le había redactado!

Sobre el tema de la promoción, de cómo os dais a conocer, cómo conseguís los clientes… ¿Tenéis alguna estrategia o algún sistema?

Andrés: Como siempre hemos trabajado online, nuestra herramienta es evidentemente internet. Nosotros además como la mayoría de trabajos son para clientes de fuera, nuestra herramienta son los portafolios que tenemos, por lo que siempre dependemos de comunidades online donde mostrar el trabajo como Behance y Dribbble. Siempre dependemos de esas comunidades donde la gente puede ver nuestros trabajos y si les gusta pues nos contactan.

Sonia: Lo que no solemos hacer es ponernos nosotros en contacto con los clientes y mandarles nuestro portafolio de forma directa, porque nosotros hemos tenido la suerte de que no nos hace falta ese sistema, porque son los clientes los que acuden a nosotros a través de nuestro portafolio, sobre todo por Behance. Nunca hemos hecho un pdf o una carta de presentación.

Andrés: Bueno, hubo una fase al principio cuando empezábamos que buscamos agente…

Sonia: Sí, estuvimos durante meses buscando un agente que nos representara, pero no prosperó.

Andrés: Sí, porque al principio sobre todo hablando con los compañeros nos decían que el uso de agente nos ayudaría, pero ahora visto con la perspectiva del tiempo nos damos cuenta que al ser el primer año el proyecto aún era muy joven, quizás hoy en día tendría más sentido, pero en ese momento nos faltaba perspectiva.

Suele pasar mucho lo de buscar agente cuando es demasiado pronto, cuando tu trabajo no ha madurado del todo o no tienes una perspectiva demasiado profesional en tu portafolio, y esto lo digo para que los que están empezando lo tengan en cuenta, porque suelen creer que el agente es como la solución a todos sus problemas.

Andrés: Supongo que tiene que ver con que estás empezando y no sabes muy bien cómo moverte, lo ves como alguien que te consigue trabajo cuando tu aún no puedes solo. Lo que ocurre, o al menos yo lo comprendo así ahora, es que lo tienes cuando ya has hecho un poco de carrera, tienes bagaje, y entonces el agente te ayuda.

Sonia: Bueno, y que tampoco se confíen, que hay agentes buenos y agentes malos.

Andrés: Tenemos muchos compañeros que dicen que les va muy  bien y otros que dicen que no les va. Entonces depende del tipo de agencia, del tipo de trabajo, que puede ser la solución o no.

Sois los únicos que conozco que conseguís clientes directamente a través de Behance. Me parece una herramienta increíble, pero al haber tanta gente ahí dentro me parece súper difícil destacar ¿vosotros cómo lo hacéis?

Sonia: Nosotros sí que conocemos más gente que consigue trabajo por Behance, pero si hablamos de nuestra experiencia, yo diría que lo importante en Behance es posicionarse bien. Tú tienes que conseguir que si eres animador, pongas animación en el buscador y aparezca tu trabajo, y la única forma para posicionarse en Behance es presentar un trabajo en unas buenas condiciones, que se vea profesional y conseguir feedback de la gente. Cuanto más te aprecien el trabajo, cuanto más te comenten y tú respondas, mejor. Es muy importante estar activo, interactuar y moverte mucho en Behance, así recibirás más feedback, y ese feedback es el que coloca tu proyecto de los primeros. Es importante posicionarse en lo que tú quieres destacar, ya sea moda, animación, ilustración… lo que sea, pero es importante posicionarte con esas palabras.

Andrés: También damos por hecho que el trabajo tiene que ser bueno, porque Behance desde que lo compró Adobe lo usa muchísima gente, entonces partimos de la base de que tu trabajo es bueno, pero según cómo lo vistas, según cómo lo estructures, según cómo montes el trabajo y cómo lo vendas hará que se quede totalmente escondido o que se muestre. Antiguamente preparabas un portafolio para presentar en carpeta, lo imprimías con el papel bueno… En este caso, en Behance es: “Voy a estructurarlo bien, con una buena vista previa, una buena lista de palabras clave, teniendo en cuenta lo que quieres remarcar del trabajo…” Este tipo de cosas van a hacer que el profesional que sea o un cliente o una agencia de publicidad o una empresa, llegue a ti y vea destacado eso para lo que tú quieres ser contratado.

¿Influye que subas proyectos muy a menudo?

Sonia: Si que es verdad que cuando hemos sido más constantes de subir un trabajo a la semana o un trabajo cada dos semanas, más presupuestos entraban por Behance, porque es posicionarse, así que cuantos más trabajos tengas en la parte de arriba de las búsquedas más visible eres, pero eso es dedicarle tiempo.

Andrés: Behance siempre va a mostrar tus últimos treinta días en las búsquedas, por lo que tienes que pensar que si tienes algo más viejo que treinta días necesita mucho más esfuerzo para estar arriba, necesitará muchos más likes, muchos más comentarios… entonces siempre que seas más constante, que no significa que te vuelvas obsesivo y publiques todas las semanas o cada dos días, porque al final es mejor un trabajo aunque sea cada mes pero que ese trabajo sea la petada y que tenga mucha repercusión, en vez de un montón de mini-trabajos. Pero la constancia te ayuda a posicionarte y eso hace que seas más visible, pero como en cualquier proyecto, porque si de repente sale un proyecto interesante y empieza a compartirse en revistas de ilustración, en revistas de diseño, en blogs o la gente lo comparte pues vas a tener el mismo resultado, vas a tener un altavoz para mostrar tu trabajo y te van a encontrar más fácilmente.

Normalmente cuando estáis en medio de encargos o estáis a mitad de un trabajo, ¿mostráis vuestros bocetos en redes sociales? ¿Le pedís permiso a vuestros clientes?

Sonia: Por lo general si es un trabajo profesional para un cliente nosotros no mostramos nada hasta que está terminado, e incluso después de terminado tenemos que pedir permiso al cliente para poder mostrarlo, si mostramos el proceso de un trabajo es el de un trabajo personal. De clientes nunca hemos mostrado nada.

Andrés: Muchas veces cuando trabajamos con clientes de fuera puede haber un contrato de confidencialidad, para no decir nada, de no mostrar nada, así que tenemos proyectos muy chulos de los que no podemos decir absolutamente nada, normalmente porque son clientes que tienen mucha competencia. Igualmente lo mejor es mostrar trabajos propios donde tú puedas meter aquello que tú quieres destacar de ti. Nosotros normalmente tiramos de homenajes a películas o a series, cosas que nos puedan ayudar también a mostrar el proceso. Sí es verdad que hay otros clientes que ellos mismos te comentan la posibilidad de promocionarnos a través de su encargo, y nos dejan mostrar los bocetos, los vectores, el proceso de trabajo, porque a ellos les gusta también ver cómo lo hacemos.

Yo pienso que hay muchos ilustradores que están muy anclados en el perfil tradicional del ilustrador, y ahora mismo con las redes sociales, con el poder que te da tener una comunidad de gente detrás que te sigue, el perfil va cambiando. Si lo piensas… tú, que estás haciendo un encargo para alguien le das caché porque estás compartiendo lo que estás haciendo para esa marca, para esa empresa o lo que sea, y un montón de gente lo está viendo, así tú les estás dando publicidad, eso también tiene un valor y hay que tenerlo en cuenta.

Andrés: Pero ahí lo que ocurre es que se juega con el nombre del profesional, ya juegas con el recurso de que el profesional por si sólo tiene un poder de convocatoria. Es como cuando hace unos años cogieron a Loish van Barle de Países Bajos para hacer las portadas de las cajas del bamboo de Wacom. ¿Qué ocurre? Que es una ilustradora muy conocida que en DevianArt ha movido mucho, que tiene muchísimos fans, entonces que hiciera las ilustraciones de las cajas de las tablets fue un boom. Casi benefició más a Wacom que a ella, porque ella en sí es una marca, ella en sí es una artista, entonces eso posicionó a Wacom.

Por eso creo que hoy en día eso ya es un factor a tener en cuenta cuando presupuestas.

Andrés: Sí, entiendo. Si entras dentro del juego de la influencia, de ser influencia en un sector, pues tienes jugar así, porque si vas a aliarte con una marca, mejor piénsatelo mucho, mira a ver cómo te vas a ligar, porque hay que tener cuidado qué marcas ligas con la tuya, y con la visión personal de tu marca. Hay que tener mucho cuidado y aceptar cualquier cosa no es buena idea. Entras en un espacio en el que te pueden llamar vendido, en cuanto a que el trabajo que estás mostrando en redes sociales que es tu espacio de comunicación, está condicionado por una marca… ¿Es un pro? ¿Te está sumando a ti? ¿Te está restando? Hay muchos factores que valorar.

Sonia: De hecho, nosotros llegamos a rechazar a un cliente porque quería que hiciéramos los envases para los diferentes sabores de los cigarrillos electrónicos para Japón, pero como no se ajustaba a lo que queríamos comunicar como estudio, lo rechazamos.

Claro, es que la parte ética también es súper importante y uno tiene que saber lo que quiere transmitir, lo que no quiere, tener claras sus creencias y posicionarse.

Andrés: Claro, siempre tienes que jugar con los límites de las dos partes, porque te puede tocar dibujar algo que no te guste, pero siempre con la ética clara para sentirnos cómodos sobre hasta dónde llegar.

Sonia: Que no sea porque no me guste, sino que haya una razón de peso.

Me he dado cuenta de que últimamente os estáis especializando mucho en el sector 2.0, en el mundo de las apps, los videojuegos ¿es algo que habéis buscado vosotros o que os ha ido sucediendo?

Andrés: Creo que nuestro trabajo siempre ha estado ligado a ese mercado. Desde el principio, los primeros encargos que nos entraron fueron diseños para hacer muñequitos para videojuegos, eran diseños siempre enfocados a ese mundo. Nosotros lo que no hemos tocado es lo impreso, nosotros nunca imprimimos, sólo en algunos casos de marcas o cosas muy concretas, todo lo demás siempre es digital. El rgb y el pixel son nuestro medio. Desde que nació Squid & Pig ha sido así y por ahora continúa. De hecho, nos parece raro cuando hablamos con amigos que trabajan en prensa o en editorial, aunque nos encantaría también aprender esa forma de trabajar. Incluso hicimos la autoedición de un libro infantil que está impreso por eso, porque creemos que siempre hay que tocar e ir probando, pero en principio el trabajo que nos entra es de este tipo, trabajos digitales, iconos, stickers, mascotas virtuales…

Veo que muchos ilustradores que están empezando querrían entrar en ese mercado, pero no saben muy bien cómo, o cuál es el canal para darse a conocer al haber empresas muy grandes, pero a la vez también otras muy pequeñas.

Sonia: Yo creo en el dicho: “de lo que tú quieras trabajar, tienes que mostrar”, entonces en el portafolio, si tú te quieres dedicar a hacer ilustraciones para videojuegos, tienes que crear un proyecto personal ficticio de un videojuego, y lo muestras, y así es como atraerás a los clientes correctos. Si tú quieres dedicarte a editorial, no puedes hacer solamente trabajos digitales porque así será muy raro que te entre un trabajo editorial. Así que si estás empezando y te quieres dedicar a algo, dedícate de forma amateur pero con un enfoque totalmente profesional.

Andrés: Que trabaje como si el proyecto fuera real, con plazos, haciéndose su propio brief, diciendo abiertamente que es un proyecto personal, sin mentir, pero que coja, lo haga, lo monte y lo publique. Porque el trabajo llama al trabajo, entonces si publicas cosas de lo que quieres tú trabajar, lo más normal es que te llegue. Así los clientes te encuentran, por eso muchas veces muchos profesionales no recomiendan publicar proyectos que no te gustan, porque así lo único que consigues es que llegue una persona a pedirte aquello que no quieres hacer.

Sonia: A nosotros nos pasa mucho que viene un cliente y nos trae como ejemplo un trabajo que hemos hecho para otro cliente, y nos dice que le gusta eso y que quiere algo parecido.

Andrés: “Quiero esta gráfica que habéis usado en este proyecto, pero con el estilo de este otro”, y siempre usan tus propios ejemplos, lo cual está guay.

Sois muy activos dentro del entorno profesional de la ilustración y sobre todo en la Comunidad Valenciana, participando en un montón de mesas redondas y tertulias, ¿porqué lo hacéis?

Andrés: Bueno, la verdad es que lo hacemos porque nos nace. Si eres ilustrador pues por lo menos intentas aportar a tu comunidad, sobre todo en Valencia que estamos todos en casa, porque en general se tiende a estar en tu cueva y no salir… Y creo que la profesión del ilustrador siempre es un poquito solitaria, por eso tienes que ser parte activa de la comunidad, apoyar, moverte, salir a conocer… Yo conozco mucha gente de aquí de la Terreta que ha dado todo para hacer eventos, mesas redondas, presentaciones, revistas, fanzines… Hay que estar en eso, realmente lo que aporta es que crezcamos todos, que conozcas gente que está dentro de la profesión, porque el entorno de la ilustración y el dibujo es muy comprensivo, tenemos las orejas muy abiertas y nos gusta esto.

Realmente lo hacemos porque queremos ser una parte más de ello, nos gusta, vivimos de esto y por lo tanto queremos ser parte integrante del movimiento. Tienes que ser parte de ello, tienes que mejorar el mundo de la ilustración, mostrar qué se hace bien, qué se hace mal… Todo lo que nos callemos es malo para la profesión, así que cuanto más transparentes seamos y más hablemos más van a aprender los nuevos y los que llevamos más tiempo también. Todos ganamos.

Sonia: Y nosotros mismos mejoramos como profesionales, porque es muy fácil quedarse en tu cueva y en tu zona de confort, pero si quieres mejorar, expandirte y abrirte al mundo, toca salir.

Andrés: Nosotros lo primero que hicimos fue preguntar a compañeros, porque el apoyo de los compañeros es importante, y para eso tenemos también asociaciones.

¿Qué os hubiera gustado saber cuando empezasteis en esto?

Andrés: No sé, nosotros como tuvimos ese primer año en el que fuimos probando, buscando el estilo, poquito a poco haciendo proyectos personales, buscando los primeros encargos, preguntamos mucho a la gente.

Sonia: El saber que podría haberme lanzado antes. Si hay algo de lo que puedo arrepentirme es de no haberme lanzado antes. Cuando te das cuenta de que de verdad se puede vivir de esto, piensas que has perdido años. Hay muchos ilustradores hoy en día que tienen incluso menos de veinte años y se dedican a esto, y nosotros empezamos con treinta, y te das cuenta de que podías haberlo hecho mucho antes, pero por miedo, por ahorrar más, por inseguridad… te bloqueas y lo pospones. Pero se puede.

Andrés: Y de consejo, aunque va a sonar a lo más típico, que trabajen como el que más, que no significa hacer más horas, sino que se centren mucho, que realicen proyectos personales, muestren, compartan abiertamente. El proyecto personal como parte del crecimiento individual del propio autor investigando y haciendo, los libros de bocetos pueden ser la base de un proyecto personal si lo llevas hacia la perspectiva de mostrarlo de una forma profesional… Que no paren, porque siempre hay algo que contar, tienes que saber qué es lo que tú quieres contar en particular. Hoy en día con internet es muy fácil ver lo que hace la gente. Y preguntar porque de verdad que es un gremio muy muy abierto. En otras lenguas es fácil encontrar textos hablando sobre esto y en castellano creo que cualquier ilustrador te va a contestar sin problema sobre tus dudas. Pero eso sí, preguntar siendo considerados y profesionales.

Sonia: Que se aprovechen del blog de Ilustrando Dudas, de todos los profesionales que hay alrededor, que no se queden nunca con la duda.

Andrés: El momento siempre es ahora. Haz un proyecto si tienes que hacerlo, no hay un momento en el que me lo voy a pensar. Cuando te pones metas, realízalas. Sé humilde y trabaja, nosotros como Squid & Pig no nos creemos los mejores, pero tampoco los peores, solucionamos problemas que es lo que nos piden los clientes y trabajamos duro todos los días.

Entrevista realizada en persona, grabada y transcrita posteriormente. Año 2014.

Squid & Pig

Hablar de Squid & Pig es lo mismo que hablar de Andrés Sanchis y Sonia Viu. Son una pareja de ilustradores que vive en Valencia, España y están enamorados del mundo kawaii, término japonés que define a todas las cosas monas. Intentan envolver con esa palabra todo lo que crean, porque además de dibujar también les gusta escribir cuentos, diseñar peluches, personajes, productos y cualquier cosa que haga de este mundo un lugar un poco más mono.

Portafolio Web

Salir de la versión móvil