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¿Y por qué no?

“Esta es la canción que me gustaría que escuchases mientras lees”

“¿Y por qué no?”

Esa fue la frase que desencadenó una serie de acontecimientos increíbles que ahora tengo guardados en mi memoria como el más preciado tesoro. Esta es la escueta historia del viaje más inesperado de mi vida.

Todo comenzó de forma azarosa. Después de meses de tereré, guaraní y mucho calor, decidí irme hacia Buenos Aires con una mano delante y otra detrás, un poco cansada de tanto campo y falta de foco en mi trabajo, y esperanzada porque se mostraba ante mi una excitante ciudad en la que esperaba poder progresar profesionalmente y reencontrarme con viejas amistades que por pura coincidencia se hallaban en esta ciudad temporalmente.

Fue un viaje lleno de afortunadas casualidades (en las que no creo) que además de alegrías me facilitaron mucho la vida, la verdad.

¿Cómo iba yo a saber que este viaje cuyo destino era Buenos Aires me llevaría mucho más lejos de lo que jamás hubiera imaginado, concretamente hasta el fin del mundo? ¿O que viviría completamente gratis durante un mes en un pisazo en pleno centro de esta gran capital gracias al ofrecimiento desinteresado de un querido amigo? ¿O que se incendiaría el autobús en el que iba de Paraguay a Argentina y acabaría de madrugada perdida en medio de la pampa a la espera de que nos rescataran? ¿O que daría la primera charla de mi vida y acudirían ciento cincuenta personas siendo todo un éxito? ¿O que me pasaría una tarde entera en una prisión de alta seguridad dando una clase de diseño gráfico a los presos en Tierra de Fuego? ¿O que los leones marinos y las focas bailarían al son de las olas acompañando nuestro velero mientras navegaba por la tierra más austral del mundo? ¿O que conocería el fin de los imponentes Andes y me quedaría atrapada una noche en ellos por culpa de la primera nevada del año? ¿O que una tormenta terrible nos haría navegar volando de vuelta por el canal de Beagle rumbo a Ushuaia para guarecernos del peligro?

¿Cómo iba a imaginar que responder a un mensaje de una ilustradora fueguina que me decía que era una pena que no pudiera hacer un curso allá en su tierra, me llevaría a vivir una aventura en solitario en uno de los lugares más extraordinarios de la Tierra, donde las montañas imperturbables y ese mar duro y extremo se unen en una fórmula mágica de belleza sin igual que corta la respiración?

“¿Y por qué no?”

Esas fueron las palabras que hicieron que todo lo que cuento se tornara realidad.

Así que desde entonces, pocas veces me escucharéis decir “no”. Porque uno no sabe cuando detrás de un “¿Y por qué no?” se puede esconder la próxima gran aventura.”

>>Io Bru

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