Icono del sitio Ilustrando Dudas

Un abrazo inesperado

“Esta es la canción que me gustaría que escuchases mientras lees”

“Una búsqueda latente, feroz, que bramaba por salir del interior de mi propio infierno fue lo que me empujó a embarcarme en esta nueva aventura.

No sabía por qué, pero ese lugar me llamaba desde hacía tiempo, y fue por casualidades cósmicas que se me puso en bandeja, aunque he de reconocer que no del todo. Tuve que hacer un esfuerzo inesperado para poder realizar este viaje. Supongo que fue una prueba de fe…

Finalmente llegué, quizás con demasiadas expectativas tras tanta espera, y la primera visión que me regaló el paisaje me defraudó. Qué ignorante… Todos los exploradores de verdad saben que las grandes maravillas se encuentran ocultas, cuidándose de los ojos impertinentes e incautos.

Emprendimos nuestro camino y esta tierra cada vez se me antojaba más extraña.

Pero poco a poco fue mostrándome pequeños guiños de su ser, pétreo, exagerado, retorcido, producto de los explosivos latidos de nuestro tan inquieto planeta. Justo lo que mis miedos enquistados necesitaban para liberarse al sentirse identificados con tales manifestaciones de furor sin control.

Esta tierra exudaba azufre por sus poros, hervía en su interior, pero se helaba por fuera… y sin embargo, la nobleza que emanaba su presencia era apabullante. ¿Cómo era posible una incoherencia tan descomunal? Estaba perpleja.

Pero a veces, para entender es mejor no preguntarse nada y observar el mundo con los ojos de un niño. Dejar que la naturaleza se muestre y se deje conocer a su ritmo, sin prisas, y sin necesidad de lógica o sentido. Solo así uno es capaz de conectar con la frecuencia de las estrellas y sentir la vibración de las grandes olas embravecidas moldeando a su gusto las costas olvidadas por la mayoría de los hombres durante milenios… Solo así puedes estar seguro de ser una persona afortunada.

Yo no salía de mi asombro al ser consciente del reconfortante abrazo que me regalaba esta tierra tan inhóspita. Del mensaje que me estaba enviando a través de su ensordecedor silencio, de sus mágicas luces nocturnas, de sus aguas peleándose por abrirse camino hacia el mar, de su calor lleno de pasión y rabia y también de su frío extremo.

Mis miedos absurdos, mi tristeza y mi dolor, mis innecesarias expectativas, mis inquietudes insatisfechas, mis ignorantes prejuicios son parte de mi como también lo son los sueños que cumplo y persigo, las ilusiones con que vivo, la intensidad de lo que siento, el cariño que doy, las sonrisas que regalo y la gratitud por una vida tan loca, apasionante y turbulenta, que me permite descubrir todas sus luces y sus sombras.

Jamás hubiera imaginado que el camino mostrado en una noche de verano por una inesperada y juguetona aurora boreal sería el inicio de un entendimiento profundo de mi propio ser, de una reconciliación largamente esperada conmigo misma.

Esta mítica tierra incógnita plagada de dragones, ogros y gente escondida me ha enseñado que el tiempo es mágico, ya que es lo que forja, pule y esculpe todo lo que quiere ser grande y duradero. Todo es evolución, pero sucede tan despacio que muy a menudo nos olvidamos de que está ahí. El tiempo es la clave de todo lo que queremos que se vuelva importante.

Y yo… siento que me he convertido en la más ávida de las pupilas, esperando siempre con curiosidad exacerbada las nuevas lecciones de la vida.

Sigo mi camino, navegando y volando junto al viento, acompañada gracias a mi memoria de ese espectáculo magistral digno de los dioses, que se me ofreció aquella noche como el mejor de los regalos sintiéndome la más humilde y afortunada de las criaturas.

A veces no hace falta entenderlo todo para que se te descubran las respuestas necesitadas. Esta parece ser la magia de la realidad fantástica en la que vivimos. Y yo, como buena mortal que no se sabe saciar, sigo soñando con volver a vislumbrar las maravillas de una tierra que me lo dio todo sin esperar nada de mi, abriendo mi alma al disfrute de la vida y de mi propia existencia.

Aún así aún me queda mucho por aprender, y estoy feliz de que así sea.”

>> īo Bru

Salir de la versión móvil