Icono del sitio Ilustrando Dudas

Mi eterno hogar

“Esta es la canción que me gustaría que escuchases mientras lees”

“¿Cómo un lugar que no es el tuyo puede hacerte sentir tan en casa? ¿Cómo una tierra en un inicio lejana y extraña puede convertirse en un bálsamo para tu corazón?

A veces me pregunto si mi alma una vez residió en ti y tras largo tiempo aún es capaz de recordar su lugar de origen. ¿Será por ello que al llegar, un profundo sentimiento de añoranza desaparece y me vuelvo un ser más completo y definido? ¿O será algún tipo de hechizo el que me hace estar tan enganchada a ti?

Eres la tierra que hace tanto me enamoró y a la que no puedo sino regresar y regresar una y otra vez, para perderme en ti sintiendo un placer indescriptible. Soy adicta a tus infinitas montañas y nieblas. A tus misterios insondables. A tus lluvias incesantes. A tus tiempos cambiantes. Eres una tierra impredecible que me llena de incertidumbre y me enseña a disfrutar hasta de las circunstancias más insospechadas. Ese es uno de tus grandes encantos, que tienes mil caras y todas ellas son bellas a su manera.

Tus paisajes me susurran historias de antaño. De amores y sufrimiento. De lucha y valentía. De un respeto y entendimiento profundos de tu naturaleza. Echo de menos momentos que no he vivido porque conecto con ellos a través de ti. Tus enigmas solo se revelan y cobran sentido cuando te siento a través de mis pies descalzos, a través del frío y de tus gotas de lluvia. Eres una tierra fría, pero que sabe dar calor a los corazones nobles que te comprenden y escuchan.

Hace tiempo me di cuenta de que eres mi sirena. Sé que me atraes con tu canto salvaje pero no me importa. Me dejo llevar con gusto por la música arraigada a la vida de tus gentes, duras, peleonas, con principios de hierro, con un sentido del humor inquebrantable y un amor por sus orígenes difícil de definir… Un amor que envidio y deseo simular hasta hacerlo propio. Quiero ser parte de ti, no importa cuan lejos naciera.

Te muestras sin reservas como mi musa, desnuda, vulnerable pero fuerte y decidida, y me inspiras con silencio y armonía a alcanzar lugares de mi misma que antes desconocía, para poder plasmarlos de mil maneras, gracias a tu poder para templar y acompasar el ritmo de mi cabeza y mi corazón.

Mientras te recorro palmo a palmo me voy diluyendo en ti como un río que se va filtrando por tus poros. Cada paso que doy, cada mirada que poso sobre tus formas insinuantes me pierden cada vez más. ¿Pero quién desea ser encontrado cuando se encuentra en el paraíso?

Me siento el ser más afortunado cada vez que puedo volver a ti. Cada vez que me ofreces un respiro de esta loca civilización, mostrándome lugares increíbles, recónditos y solitarios. Lugares donde hace miles de años otras personas vivieron y entendieron el gran poder de la tierra en la que habitaban. Lugares donde hoy se encuentran las reminiscencias de esa magia ancestral. Una magia eterna que se transmite al tocar aquello que nuestros antepasados dejaron para asegurarse de que nosotros, hoy, entendiéramos la grandeza de su amada naturaleza.

¿Y por qué entonces me alejo de ti si te amo tanto? ¿Por qué me permito sufrir al sentir tu ausencia y tu lejanía inevitables? ¿Qué me impide estar cerca de ti constantemente para poder sentir el gozo continuo de tu disfrute diario? Pues nada. Soy yo, que al darme cuenta de tu poder de atracción me empeño en luchar contra él. Peleo por no vivir hechizada. O quizás no quiero sacrificar el descubrir y amar otras tierras por amarte a ti, y prefiero sufrir tu ausencia para reencontrarme contigo de nuevo sintiendo un amor mucho más intenso que el del primer día. Lo que uno añora lo valora. Y yo quiero valorarte por siempre, cada día más.

Pero no hay que preocuparse. Este amor es para siempre, porque es libre. Un amor que perdurará esté cerca o lejos de la tierra que más siento como mía. Aunque supongo que me equivoco cuando digo eso ya que en realidad, yo soy completamente suya y ella es la que me posee a mi. Aunque me cueste reconocerlo, estoy a su merced, y soy esclava de su belleza indescriptible, ansiando constantemente que me muestre más, incapaz de retenerlo todo en mis inquietas pupilas.

Mi alma, mi cabeza y mi corazón están y estarán siempre en Escocia, y espero poder seguir disfrutando de su personalidad indomable hasta sentir que en el fin de mis días desaparezco y me fundo con su frío viento del norte para volar sobre sus perdidas tierras altas sin ningún temor.”

>> īo Bru

Salir de la versión móvil