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Un año después de mi primera visita a Bolonia como ilustradora

¡Hola! Me llamo Núria, Nur Ventura como ilustradora. Soy de Barcelona y estoy en proceso de profesionalizarme como ilustradora y poder vivir de ello.

Hace aproximadamente un año tomé la decisión de ir por primera vez a la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de Bolonia, y también apuntarme al curso online A Bolonia Vas, para poder sacarle el máximo partido a ese gran paso que iba a dar, y puedo decir que ambas decisiones fueron de las mejores cosas que he hecho por y para mi carrera como ilustradora, por varias razones:

Me ayudó a ver realmente cómo se mueve el mundo de la ilustración, a ver que se puede vivir de ello y qué hay que hacer para conseguirlo.

Tome la decisión de ir a Bolonia como quien se arranca una tirita. Llevaba años queriendo dedicarme a la ilustración. Dibujaba mucho, pero no tenía un objetivo claro, sabía que me podía enfocar en libros infantiles o juveniles por el estilo de mis ilustraciones y el universo visual que he ido creando, pero necesitaba ver un poco cómo funciona este mundo, ver qué tipo de cosas se hacen, enseñar mi trabajo para ver si iba por buen camino o no.

Coincidió que me empezó a rondar por la cabeza la posibilidad de ir a Bolonia justo cuando Ilustrando Dudas anunció su curso online A Bolonia Vas. Me apunté sin pensarlo, porque sabía que así iría más enfocada y en compañía (la gente del curso que decide ir a Bolonia siempre hace grupete y se organiza para compartir casa, comer, cenar, salir o ir juntas a la feria).

Para ir a la feria de Bolonia es bastante importante prepararse con antelación, con bastante antelación de hecho. Por ejemplo, yo quise ir el año anterior, pero lo decidí demasiado tarde y ya no quedaba alojamiento, al menos ninguno a un precio razonable, los vuelos estaban carísimos y había muy pocos…

Esta vez los preparativos empezaron desde septiembre, que es cuando se hace el curso. Fue entonces cuando compré los vuelos y encontré un grupo de otras tres ilustradoras con las que compartir apartamento (y que ahora son amigas para toda la vida).

A la vez iba pensando un poco qué podía presentar, cómo montar el portafolio… Ese tipo de cosas.

*Estas son el tipo de ilustraciones que llenaron mi portafolio para Bolonia, ya que es lo que hacía cuando me planteé ir a Bolonia.

Estaba en un punto muy inicial, puedo decir que tenía un estilo bastante definido pero no enfocado. Me dedicaba un poco a dibujar lo que me apetecía y a hacer cosas bonitas. No había trabajado todavía como ilustradora profesional, nunca había resuelto un encargo o me había intentado dar a conocer más allá de compartir mi trabajo en redes sociales.

Mi proceso ha sido bastante largo y ha sido un trabajo muy bestia a nivel de preparación técnica, pero incluso más a nivel  personal. Llevaba queriendo dibujar desde que era una niña, pero por miedo lo esquivé durante mucho tiempo. Estudié diseño gráfico y trabajé de ello durante unos años, pero no me gustaba nada, solo disfrutaba los trabajos en los que podía meter algo de ilustración.

Me dediqué a muchas cosas no relacionadas mientras seguía dibujando para mi viví tres años en Inglaterra y allí me di cuenta que se podía vivir de esto. Hice un pequeño curso de ilustración en Bath, conocí a varios ilustradores, pero me aterraba enseñar los dibujos que hacía y tampoco estaba en mi mejor momento personal.

*Un gif que hice hace poco para recordarme que nos tenemos que tratar bien y cuidar en el proceso de convertirnos en ilustradores profesionales.

Al final decidí que debía hacer algo y empecé a ir a terapia, que me ayudó mucho a todos los niveles. Empecé a dibujar más a menudo, fui capaz de colgar mis ilustraciones en una cafetería y empecé a desarrollar un estilo. Al volver a Barcelona hice un postgrado de ilustración en BAU y empecé a hacer exposiciones.

Querer dar el salto a trabajar de ello seriamente es lo que me lanzó a ir a Bolonia. Fue llegar a la feria y ver un mundo de posibilidades, pasé los cuatro días como una niña en una tienda de caramelos. Recuerdo la sensación de cercanía. Es un sitio muy abierto a hacer contactos y los profesionales que están allí están realmente abiertos a ello.

También he de decir que fui con los deberes bien hechos de casa. Era muy consciente de mi situación, que era una ilustradora novata con un estilo concreto pero ilustraciones sueltas. Creo que el curso dio muchas herramientas para aprovechar la feria teniendo en cuenta el punto en el que me encontraba, y me mentalizó para no ir con expectativas que no tocaban (para evitar sufrir o decepcionarte, que es algo que le pasa a muchos ilustradores cuando van a la feria).

Pasé un par de días revisando toda la lista de expositores que iban a ir a la feria, viendo sus webs, si mi trabajo encajaba o no y enviando emails con mi portafolio pidiendo una cita.

Al final conseguí siete entrevistas con editoriales de Australia, España, Suiza y una agencia de Inglaterra. También miré las conferencias a las que quería asistir y lo organicé todo en el calendario del móvil. Una vez allí hice una vuelta de reconocimiento en plan expedición para saber dónde estaban las editoriales donde tenía cita y reconocer el terreno.

Lo que más me gustó de la feria fue la posibilidad de tener toda la información que necesitas en un mismo sitio y que está todo muy bien organizado. La gente es muy amable y las conferencias muy interesantes.

La verdad es que fue una experiencia muy positiva, conocí a un montón de compañeras que es una parte muy importante de la experiencia también, porque solemos trabajar muy aislados y conocer a gente a la que le interesa lo mismo que tú, cada una en un nivel distinto y poder hacer preguntas y ayudarse mutuamente es muy guay.

*Esta es la gente bonita con la que compartí el viaje y este el portafolio y las tarjetitas, postales y demás que llevé a la Feria de Bolonia.

No sabría decir algo negativo, solo que hay tantas cosas pasando a la vez que es imposible asistir a todo lo que quieres.

Me pasaron muchas cosas divertidas, porque aunque soy un poco vergonzosa también tiendo a decir que sí a todo, así que por ejemplo terminé saliendo en la tele suiza haciendo de fan de una ilustradora a la que no conocía y que me firmó un libro que luego no me dio. Una pena porque era muy bonito.

Tuve esas siete entrevistas y dos más que conseguí allí mismo y la experiencia fue muy constructiva. Fueron todos muy amables y te daban feedback sobre proyectos de los que les gustaría ver más, qué cosas les parecían interesantes…

Cuando estás en las reuniones, te tienes que recordar a ti misma que no hay que ir con miedo. Tú has pedido una entrevista y ellos te han reservado un hueco para ver tu trabajo, así que sin miedos.

Una cosa que me gustaría destacar es que mi experiencia fue así porque hablo inglés y podía comunicarme con todo el mundo sin problemas. Sé por otras compañeras que se hace más difícil si tienes la barrera del idioma, pero también te puedes defender con un nivel básico y no pasa nada. El esfuerzo de ir y de comunicarte como buenamente puedas también se valora (igualmente nunca es mala idea ponerse como objetivo aprender inglés si quieres dedicarte a la ilustración profesional, vayas o no a Bolonia).

Saqué varias conclusiones de la feria:

Vi claro cómo se veía mi trabajo a través de los ojos de otros profesionales, porque al final colgar tus ilustraciones en instagram no te aporta nunca una visión clara de la situación.

Vi cómo lo tenía que enfocar, qué tipo de imágenes debía crear para conseguir el tipo de trabajo que quería, cómo presentar mejor mi trabajo.

Me di cuenta de que el estilo estaba bien, que era algo que les gustaba y que me abrió las puertas a entrevistas, pero que necesitaba desarrollar más el portafolio y crear diferentes tipos de imágenes y en forma de proyectos, porque sólo hacía personajes muy estáticos en imágenes sueltas.

Una vez volví a casa lo primero que hice fue organizar toda la información que cogí allí de editores, agencias, tarjetas. Un truco muy bueno que nos dieron en el curso (entre otros) fue el de apuntar en un postit (o en el propio papel o tarjeta) por qué has cogido esos papeles y pegarlo en el mismo papel, para luego recordarlo en casa, porque sino es un caos total.

Después me puse a ver cómo aplicar todo lo que me dijeron de mi portafolio, tomé muchísimos apuntes y también gracias a una asesoría con Ío pude aterrizar esas conclusiones que saqué para plantear proyectos e ideas concretas para hacer y de ahí sacar a lo largo del siguiente año un portafolio mucho mejor.

Esta es una muestra de varios proyectos en los que he ido trabajando desde que volví de Bolonia e hice la asesoría.

Ir a Bolonia cambió completamente mi forma de ver la ilustración. Empecé a tomarla más en serio, a ver que hay mucho trabajo, que se mueve mucho dinero y que hay oportunidades. A ser más organizada y estratégica y a crear un plan (y a cumplirlo). También a ver que hay que dibujar con un propósito, y la importancia de los eventos de ilustración para relacionarte en persona y enseñar tu trabajo para mejorar.

Este año ha sido muy intenso, he dibujado más que nunca y he empezado a conseguir encargos. Tengo pensado volver a Bolonia el año que viene si se puede (a ver qué pasa cuando llegue la vida post-covid), esta vez con un portafolio mejor enfocado y la mente más clara.

UN PEQUEÑO TUTORIAL ILUSTRADO CORTESÍA DE NUR VENTURA

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