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Presupuestar a ciegas, una práctica muy poco profesional

Dice la RAE que PROFESIÓN es: (sic) Empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución. Así mismo, de un PROFESIONAL dice que es alguien: (sic) Que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive. También dice: (sic) Que ejerce su profesión con capacidad y aplicación relevantes.

Y esto último me parece digno de destacar.

Dicho lo cual, ofertas de trabajo ofrecidas a PROFESIONALES de la ilustración en los términos que ahora comentaré, NO SON PROFESIONALES.

Una oferta de trabajo en la que no se especifica la cantidad de dibujos o ilustraciones a realizar, ni su complejidad, ni si es a color o en blanco y negro, ni su tamaño, ni absolutamente ningún dato más aparte del precio que se está dispuesto a pagar por cada una, NO ES PROFESIONAL. A ver si nos vamos enterando.

No se puede redactar un correo a un PROFESIONAL diciendo:

(sic) “Te pagaremos 30 euros por dibujo. Aún no sabemos el número exacto de dibujos que tendrás que hacer porque no tenemos ni el cuaderno ni la lectura editados. Más adelante, cuando redactemos tu contrato, indicaremos una cantidad fija del trabajo global, basándonos en esta tarifa. A parte de esto, todos los dibujos que tengas que hacer de más respecto a lo que nosotros calculemos, te los pagaremos a 30 euros cada uno”.

Por desgracia, últimamente este tipo de ofertas y maneras están empezando a ser demasiado habituales. Por ello, creo necesario puntualizar un par de cuestiones. Quizá sean perogrulladas, pero igualmente necesarias.

Primero: Un PROFESIONAL fija sus precios y redacta su presupuesto en función del trabajo a realizar, su complejidad, el tiempo disponible para hacerlo y lo que quiera ganar.

Segundo: Señores editores, tenemos que tener un mínimo de información para establecer esos precios. Ustedes deben tener la profesionalidad de facilitarnos todos los datos necesarios para efectuar nuestros presupuestos. Y en todo caso, los que debemos valorar nuestro trabajo somos nosotros, no ustedes. Y ya que se atreven a hacerlo, al menos que tengamos la información necesaria para saber si ese precio que ustedes fijan, es una retribución justa o no.

Puede que sea difícil de comprender, pero voy a tratar de explicarlo de una manera clara. Ustedes me ofrecen 30€ por ilustración. Si esa ilustración consiste en el dibujo de un personaje con estilo infantil, en un plano medio, sonriendo y sosteniendo una pelota, sin fondo y sin color, es una valoración generosa por mi trabajo.

Sin embargo, si por esos mismos 30€, ustedes me piden que dibuje media página con una escena donde se recrea una batalla naval, con siete u ocho barcos de fondo pegando cañonazos y en primer plano una escena que muestre a un montón de soldados peleando con espadas y a todo color, la valoración que están haciendo por mi trabajo es insultante.

De igual modo, no es lo mismo que me pidan tener listos 100 dibujos en tres meses, que tenerlos en una semana. La diferencia está en que si me dan tiempo suficiente, puedo organizar mis jornadas de tal manera que tenga vida propia. Si me dan poco tiempo, tendré que hacer horas extras. Y aunque parece ser que es una costumbre en desuso, las horas extras se pagan.

En muy pocos gremios se trata a los profesionales con el poco respeto y profesionalidad que se hace con los ilustradores. La extrapolación viene muy bien para entender ciertos conceptos. Si yo llamo a un pintor para que pinte mi casa, y lo único que le digo es que tengo 300€ para hacerlo, sin decirle los metros que tendrá que pintar, ni el tipo de pintura que quiero, ni si hay que lijar las paredes o no, lo más probable es que me diga una palabra fea y me cuelgue el teléfono, porque pensará que le estoy tomando el pelo. Quizá la culpa de que se nos trate con tan poco respeto y profesionalidad no sea toda del cliente, sea este quien sea. Aunque eso daría para otro ladrillo, más extenso aún que este.

Así que, señores clientes en general, hagan el favor de tener la deferencia de tratarnos con la misma PROFESIONALIDAD que esperan y exigirán de nosotros. Redacten sus contenidos, hagan su maqueta y, cuando tengan claro las necesidades que van a tener relativas a nuestro trabajo de ilustración, pónganse en contacto especificando tamaño de las ilustraciones a realizar, estilo, color, número de ilustraciones y complejidad de las mismas. Si tienen diferente complejidad, cuenten y sepárenlas en función de eso, ya que tendrán precios distintos. Es parte de su trabajo como editores PROFESIONALES. De ese modo nos facilitarán la redacción de nuestro presupuesto o, en caso de que ustedes hayan tenido a bien el hacer esa parte de nuestra labor, podamos valorar si su propuesta es justa o no, y aceptarla o rechazarla libremente en función de nuestros criterios.

Párense a pensarlo un poco y verán que no es tan complicado de entender, ni tan absurdas nuestras demandas.

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